Capítulo 10. El regreso de Jocelyn

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ROWAN

Mi mamá jadeó y supe que estaba asustada.

La miré. Estaba mirando hacia el bosque, donde la dama fantasma salía de los árboles junto al agua.

¿Podría mamá ver a la señora? Tena dijo que poder ver a los fantasmas era algo especial, y que mi mamá y mi papá no verían las cosas que yo veía.

Entonces, ¿qué era la dama fantasma, si no era un fantasma?

- Oh, Dios mío —dijo mamá—. Es Jocelyn.

Me soltó la mano y volvió a correr hacia los árboles que rodeaban el agua.

Quería gritar, decirle que parara, pero tenía demasiado miedo.

La señora fantasma se parecía un poco a la tía Jocelyn.

Pero tampoco se parecía a la tía Jocelyn en absoluto.

Parecían dos personas que se habían apretujado juntas.

La tía Jocelyn estaba allí, y parecía muy asustada y cansada.

Pero entonces había alguien más: un hombre con cara de enfado.

Se parecía al tío Jeremy, pero nunca lo había visto tan enfadado.

El tío Jeremy siempre estaba contento y me dejaba ganarle al pulso.

Pero eso fue antes de que la tía Sellie muriera.

Mamá estaba en el agua y Jocelyn se cayó en la arena.

La Cosa-Jeremy me miró. Me vio.

Estaba tan asustado que mi lobo quería salir, pero lo empujé y le dije: ¡NO!

Siempre pasaban cosas malas cuando salía mi lobo.

Los ojos de la Cosa-Jeremy eran negros y vacíos. Se llevó un dedo a los labios.

Sabía lo que significaba.

Silencio.


SIENNA

Pedí ayuda, gritando a todo pulmón. Momentos después, Lily vino corriendo, seguida de cerca por Yuki Kato, que llevaba su rifle de caza en una mano.

Detrás de ella había una mujer de pelo castaño, que también llevaba un rifle, este con una culata negra sólida.

La reconocí como Gloria, la mujer que había devuelto mi sonrisa amistosa con una mirada fría durante mi primer día en Hogar Refugio.

Gloria levantó el cañón de su rifle, pero yo me coloqué delante de la forma de Jocelyn, que estaba tumbada, con los brazos levantados por encima de la cabeza.

- ¡Conozco a esta mujer! —les dije mientras se acercaban—. Es la sanadora de la manada y una amiga muy querida. Por favor, ayúdala —supliqué, encontrándome con los ojos de Yuki.

Lily corrió hacia Jocelyn, que permanecía inmóvil en la fría arena.

- Está ardiendo de fiebre. Sienna, ayúdame a llevarla a la cabaña de curación.

Me moví para ayudarla, pero la voz de Gloria cortó el aire.

- Es una espía.

La culata del rifle estaba presionada contra su hombro y la boca del cañón apuntaba directamente a mi amiga.

- ¡Qué demonios estás haciendo! —grité.

- ¡Gloria, no! —gritó Yuki.

Nuestras voces habían atraído la atención de los demás y se formó un semicírculo abierto alrededor de las cuatro.

Lobos milenarios (libro 6)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora