SIENNA
Los gritos llenaron la noche.
Los gritos eran míos.
En el extraño juego de las llamas anaranjadas y los faros blancos, Josh se rió.
La sangre de Aiden cubría sus brazos y la mano que sostenía el cuchillo.
Aiden se derrumbó a los pies de Josh.
El corte en la garganta derramó más sangre en el suelo, negra a la siniestra luz de los fuegos.
Sus músculos se tensaron y ondularon. Intentaba transformarse, pero sus fuerzas se estaban agotando demasiado rápido.
Con un aullido de furia incontrolable, invoqué hasta el último vestigio de poder que tenía.
Josh jadeó mientras cacareaba.
Empujé un brazo, luego el otro, enviando brotes y tallos que rasgaban la tierra.
A lo lejos, oí gritos cuando las primeras ramas retorcidas se arrancaron del suelo, precipitándose hacia Josh en una creciente ola de muerte.
Mis dedos se tensaron al empujar.
Mis labios se retiraron de mis dientes.
Las ramas se abrieron paso entre la hierba y la tierra.
Se elevaron en una espiral alrededor de Josh, atrapándolo en su interior.
Debería haberlo matado cuando tuve la oportunidad.
Debería haber apretado esa primera raíz hasta hacerte pedazos.
Con un giro brusco de una mano, envié una fina raíz alrededor de la garganta de Josh.
Giré el otro brazo y la raíz se clavó en el cielo.
La raíz arrastró a Josh detrás de ella, ensartándolo.
No satisfecha, le clavé otra lanza en el vientre.
El afilado tallo atravesó la piel de su bajo vientre. La sangre salpicó cuando el tallo salió por el otro lado.
El cuerpo de Josh luchó, y luego se quedó quieto.
- ¡No! ¡No! ¡Lo has matado! —gritó Michelle, corriendo hacia la base del árbol del que colgaba Josh. Agarró el nuevo tronco, gritando—. ¡NO! —una y otra vez.
Me aparté de su vista.
Me giré, en cambio, hacia Aiden.
Tenía el corazón en la garganta.
Estará bien. Lo salvaremos.
Pero incluso en la extraña y cálida iluminación de los fuegos ardientes, Aiden parecía gris.
Alguien le había vendado la herida, y su cabeza yacía ahora en el regazo de Rowan.
Rowan estaba sollozando.
Cuando mis huesos empezaron a palpitar, me acerqué a Aiden y me arrodillé a su lado.
Alguien vino y ayudó a Rowan a levantarse mientras yo deslizaba mis manos bajo la cabeza de Aiden, inclinándome cerca para abrazarlo.
- Hola, nena —susurró, y una burbuja de sangre estalló en su boca, goteando rojo por el lado de su mejilla.
Gemí y me limpié la mancha con la manga.
- No hables, Aiden —dije—. No hables, mi amor.
Levantó unas manos débiles y las puso sobre mis brazos.
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Lobos milenarios (libro 6)
WerewolfHola queridos/as lectores/as!!!! Me llamo Noah y este es el sexto, y penúltimo, libro de lobos milenarios. Como ya dije en los libros anteriores, esta historia no es mía, es originaria de Sapir Englard Pero este libro está producido y escrito por A...