ROWAN
El hombre de la cara púrpura nos había seguido durante días.
La mayor parte del tiempo estaba callado y triste, como todas las personas que veía a veces.
Pero luego se ponía en plan terrorífico y empezaba a intentar hablar.
La mayoría de las veces apenas podía oírle, pero otras veces era como si me gritara al oído.
Estaba sentado en la cama con papá, que miraba a mamá.
Parecían asustados. Muy asustados.
Todo era diferente.
Me gustaba estar en el Hogar Refugio. Había muchos otros niños con los que jugar y nadie se burlaba de mí como en mi escuela.
Pero también había muchas otras... cosas en el bosque, y no me gustaba cómo me miraban.
Mamá se acercó y se sentó en el suelo junto a la cama.
- ¿Cómo puede Rowan estar viendo al agente Enzo? No está muerto.
Papá negó con la cabeza.
- Sienna, no sabemos qué ha pasado en la Casa de la Manada. Por lo que sabemos, podría ser él.
El hombre de cara morada, Enzo, seguía de pie en la sala de estar. Tenía toda la cabeza grande e hinchada y había marcas negras y oscuras alrededor del cuello.
Abrió la boca, pero no salió ninguna palabra.
Luego desapareció.
Esto ocurría muchas veces.
Dejé salir toda mi respiración en un gran suspiro.
Papá me miró.
- Se ha ido —dije.
Ahora tenía mucho sueño.
Entonces se abrió la puerta de la casita y entró otro monstruo.
SIENNA
Di un salto de horror y me encogí contra la pared cuando la criatura más espantosa que había visto nunca entró por la puerta de la cabina de curación.
Parecía un hombre, salvo que tenía la piel del color de una culebra. Unos cuernos de color marrón aterciopelado brotaban por encima de sus gruesas cejas y terminaban en puntas opacas unos dos centímetros por encima de su cabeza.
Sus ojos eran de un sorprendente color naranja brillante.
Rowan miró con asombro cómo Aiden saltaba de la cama.
Pude ver por la desgarradora mirada de dolor en su rostro cuánto le costó el esfuerzo.
El hombre, criatura, o lo que fuera, levantó las dos manos en un gesto no amenazante.
Permanecí apretada contra la pared más lejana de la cabina. A mi lado, Aiden temblaba de tensión.
Detrás del hombre de piel verde venía Lily Lowell con una mirada avergonzada.
- Todavía no he podido hablarles de ti, Tena —le dijo.
Con una exagerada mirada de asombro, la criatura se giró para mirarla.
- ¿Tú crees? —bromeó secamente.
Relajé mi postura. Fuera lo que fuera este individuo, si iba a hacernos daño, ya había tenido tiempo de sobra para hacerlo.
Además, Lily parecía conocerlo. Puede que fuera un poco excéntrica, pero en los últimos días angustiosos había llegado a confiar en ella.
El hombre de piel verde se volvió hacia mí con una sonrisa de tan abierta calidez y amabilidad que sentí que una sonrisa propia me tiraba de los labios.
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Lobos milenarios (libro 6)
LobisomemHola queridos/as lectores/as!!!! Me llamo Noah y este es el sexto, y penúltimo, libro de lobos milenarios. Como ya dije en los libros anteriores, esta historia no es mía, es originaria de Sapir Englard Pero este libro está producido y escrito por A...