Monty tenía un problema: Los ojos azules no salían de su mente. ¿Qué le provocaba Fazbear? Cuando existe un abismo entre la curiosidad, la simple atracción, y... lo que estaba surgiendo en él.
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Montgomery Gator, un joven músico s...
Freddy posó su mano sobre el hombro de Montgomery, causándole un escalofrío.
Se giró para verlo, levantando la mirada sin decir una palabra. Aunque es igual de alto que él, por alguna razón hoy lo percibía más grande.
—¡Qué gusto verte, superestrella! —lo saludó la celebridad, meneando gentilmente su agarre— ¿Te quedarás al concierto?
Montgomery detestaba ese apodo. Lo hacía sentir como un fan cualquiera, ya que así se refería Freddy a su público. ¿Pero por qué le importaba?
—En realidad... —continuaba hipnotizado por los ojos azules que esperaban su respuesta, temía que su lengua lo traicionara haciéndolo tartamudear, por lo que se tomó su tiempo para continuar— Sólo pasé a saludar.
El gesto de Freddy expresó una leve decepción, pero se repuso enseguida.
—¡Bueno, entonces me aseguraré de que nuestra eficiente mánager te lleve un lindo recuerdo para que puedas vivir parte de la experiencia!
Montgomery no pudo evitar fruncir el ceño al escuchar la mención de Vanessa. Se sentía incorrecto que viniera de los labios de Freddy, pero no entendía por qué.
—Claro —respondió con esfuerzo—. Gracias, Fred.
Freddy detestaba ese apodo. Lo hacía sentir como una persona cualquiera, pues le parecía frío comparado con el amigable "Freddy" que recibía de todo mundo. No obstante, se mantuvo afable como de costumbre.
Antes de que Fazbear pudiera desatar otra reacción en él que lo acabara delatando, Montgomery le agradeció a Bonnie y se retiró apresuradamente.
Ni siquiera se molestó en buscar a Vanessa para despedirse. Necesitaba llegar a casa lo antes posible.
Tenía demasiado en qué pensar.
La alusión al novio de Bonnie sumado a su incómoda interacción con Freddy comenzaban a marearlo.
Estaba extremadamente confundido.
Por un lado, estaba el asunto de no permitirse a sí mismo amar libremente, como lo deseaba en secreto. Con ello, surgían preguntas que no conseguía responder:
¿Cómo fue que Bonnie llegó tan lejos sin tener que ocultarse?
¿Por qué él no había logrado hacer lo mismo?
¿Qué imagen es la que realmente no empataba con los estúpidos ideales que tanto le exigían?
Quería vomitar.
Por otro lado, las incomprendidas sensaciones que despertaba Freddy en él no hacían sino confirmar las sospechas sobre sí mismo que venía ignorando desde hace tiempo.
Era complicado. A veces lo aceptaba, a veces no. En este momento, lo negaba por completo. Pero su corazón le pedía a gritos que terminara de reconocerlo.
Era homosexual.
No lo soportaba un segundo más. Si alcanzar la fama implicaba continuar aguantando esta mierda, buscaría la forma de llegar por otro lado.
Necesitaba ser libre.
Necesitaba terminar su relación con Vanessa.
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