Néctar del final

522 52 88
                                    

Blitz escuchó la voz emocional de Fizzarolli, quien de verdad creía que había una oportunidad clave si ambos veían a Barbie y podían hablar sobre todo lo sucedido hacía tanto tiempo.

—Si podemos encontrarla, podrías hablarle de la misma forma que hiciste conmigo —Fizz le tomó ambas manos y lo miró con los ojos brillosos—. Sé que no volverá a ser lo mismo de siempre, pero pienso que deberías intentarlo. Ella podría oírte.

El contrario le desvió la mirada, temoroso y mostrando todas las inseguridades que lo acomplejaban. A pesar de que realmente quería volver a tener un lazo con su hermana y reconstruir lo que había destrozado, la posibilidad de que volviera a salir lastimado lo atacaba todo el tiempo y le asustaba. Esos medios se volvían pesadillas que siempre se volvían realidad y le hacían llegar a la conclusión de que jamás sería perdonado o escuchado nuevamente y que lo que sucedió con Fizz y su reconciliación solo había sido una casualidad.

—N-No estoy... muy seguro —contestó arrugando su rostro con sufrimiento al recordar la forma en como Barbie le gritaba y lo alejaba de ella sin darle la más mínima chance de otorgar una explicación.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Fizz sin poder creer que estuviera dudando— ¿No crees que haya alguna forma?

—Es solo que... —Blitz apretó sus manos y clavó su mirada hacia abajo, sintiéndose desprotegido ante cualquier cosa hiriente y dolorosa que pudiera hacer su hermana contra él. Solo le afectaban las palabras de sus seres queridos— Ella me lo dejó muy claro la última vez que la vi. No sé si pueda volver a resistir otro rechazo de su parte... —levantó la mirada solo para observar el rostro de Fizzarolli, transmitiendo que no era lo suficientemente duro—. No sé si pueda volver a sentir su odio sin desmoronarme.

No sé sentía fuerte o preparado para volver a enfrentarla. La última vez, luego de que ella saliera de rehabilitación, lo dejó tan mal que tardó bastante tiempo en reponerse. Además, si ella quería alejarlo de su vida para siempre, no tenía otra opción que rendirse y respetar aquel deseo que provenía del odio, pero que eran sus intenciones al fin y al cabo.

—Yo estaré para ti a cada momento —le prometió Fizz con mucha preocupación al verlo tan lastimado al solo mencionar a su hermana y al semejante problema que ellos dos tenían—. Me has apoyado y me has protegido en cada ocasión. Haré lo mismo por ti, Blitz.

Sujetó la mejilla de su mejor amigo y le sonrió al acariciarlo. Luego de todo lo que Blitz hizo por él, quería devolverle el favor y hacerlo feliz. Le sonrió con esperanza y seguridad, porque él debía ser su pilar en ese instante y otorgarle todo ese valor que tanto necesitaba.

Blitz escuchó esa clase de palabras tan conmovedoras y llenas de firmeza. Le sonrió tristemente, sin ninguna clase de confianza en si mismo, pero creyendo que, si Fizz estaba con él, tal vez las cosas podrían ser diferentes y mejores.

—Encontraremos a Barbie y podremos hacer que te escuche —volvió a asegurarle—. Podemos arreglarlo, tú lo hiciste conmigo.

----------

Existía un festival en las afueras del centro de Lujuria, el cual era compartido en concordancia en tiempo y forma con el mundo de los vivos. Los súcubos en íncubos eran la población principal del anillo y, gran parte de ellos, quienes trabajaban para Ozzie, tenían una conexión y pase libre hacia el mundo humano para conocer su tecnología y avances en el ámbito del mundo sexual.

Aquel día era conocido como el festival de la salud sexual y, en el mundo humano, consistía en celebrar la diversidad y placer del sexo en todas sus formas consentidas. En el anillo de la lujuria, se abrían portales en simultáneo en los campos infernales y los súcubos entraban y salían de la tierra a partir de la medianoche para robarle la energía sexual a las almas y disfrutarlas con sus parejas o amigos. Al final, la mayoría volvía al anillo, se aprovechaba el tiempo con colegas y fuegos artificiales de colores anaranjados y verdosos decoraban el cielo durante varias horas.

You are loving Donde viven las historias. Descúbrelo ahora