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19: Victoriosa en París























🔞🔞🔞🔞

(si queres, podes saltarte esta parte que no modifica nada en la historia y llegar a donde están emojis de corazones "💕💕💕💕")




DELFINA'S POV

NUNCA PENSÉ QUE MI LOVER ERA IBA A SER CON UN ESPAÑOL, LAS imágenes mías con un chico argentino en la bombonera era lo que siempre había soñado. Ahora, me doy cuenta que Pablo era lo que necesitaba. Su risa y su humor era lo que me terminaba de complementar.

Mire por la ventana de mi habitación del hotel y pude ver la torre Eiffel brillando a altas horas de la noche. Me di la vuelta y vi a mi novio quitándose la remera que llevaba puesta cuando salimos a comer. Varias pensamientos pasaron por mi mente. Ninguno de ellos fue inocente.

Él estaba apunto de acostarse en la cama para ya irse a dormir. Yo, con otras intenciones, me acerque y lo besé de manera desesperada, mientras él me seguía el beso algo confundido y sorprendido a la vez.

Lo senté en la cama y me senté sobre él a horcajadas sobre él. Me despegó lentamente, puso sus manos en mi cintura y me miró a los ojos con cierto brillo en ellos.

—¿Segura?— preguntó—. Se a donde quieres llegar, nena.

No lo dudé. Asentí con la cabeza y seguí besándolo. Tal vez, él fue el que más espero a que este momento llegue. Me besaba con necesidad y colocó sus manos en mi culo, masajeando y apretando a su gusto.

Sus manos tocaron todo mi cuerpo, recorriendo los lugares que jamás en la vida pensé que alguien iba a recorrer. Llegó a él borde de mi remera, se quedó con sus manos quietas y esperó a que yo le de el permiso de seguir haciendo eso.

—No te quitaré la ropa hasta que tu me des el permiso, Delfina.

—Ya sabes la respuesta, Gavi.

—Pablo, nena. Soy Pablo para ti.

Sonreí y el imitó mi acción. Le di permiso para que seguía con lo que estaba haciendo y me quitó la remera de un tirón. Después de la remera, siguió el pantalón. Y ahí me quedé en ropa interior.

Me observo como si fuera un cuadro en una galería de arte. Se lanzó a besarme con más intensidad que antes y yo seguí cada uno de sus besos.

—Ahora es mi turno— sonreí.

El se quedó acostado en la cama, como un bebé a la espera de que su madre le cambie el pañal.

Ya cuando estaba en las mismas condiciones que yo, me tiro hacía él y comenzó a besarme el cuello, mientras yo acariciaba su espalda desnuda.

Vi los rizos de su pelo bajar por mi estómago, dejando algunos besos de vez en cuando, y llegó a mi intimidad.

Ahí fue donde me paniqué. De nuevo. Pero esta vez era distinto. No era miedo, sino la necesidad de decirle que seguía siendo virgen. No quería que sea brusco, quería que sea una experiencia inolvidable. Dicen que la primera vez jamás se olvida, y no me gustaría que la mía sea una mierda y que, además, jamás la olvide.

—Pablo, soy virgen— solté.

Él rió y me miró—. Buen chiste.

No dije nada y eso lo confundió.

𝙎𝙏𝘼𝙍𝙂𝙄𝙍𝙇 | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora