Capítulo 18 - La fiesta acaba de comenzar

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–¿Observan esto?

Sara entrecerró los ojos con el fin de fijar su vista sobre el punto exacto que el doctor le estaba señalando en la pantalla.

–Esto nos indica que su bebé se encuentra en la posición adecuada para que el nacimiento se produzca en cualquier momento.

–¿En cualquier momento? –Franco le apretó la mano y acercó más el rostro a la imagen donde su hijo se movía– Pensé que aún quedaban semanas.

Su prometido había estado moviendo cielo y tierra para organizar una boda antes de la llegada de Andrés, pero según las palabras del doctor, ese objetivo no se iba a poder lograr.

–Y quedan semanas, pero dado la posición y el tamaño del bebé, mi experiencia me dice que estén en alerta.

Cuando salieron de la clínica. Franco aún no había abierto la boca, estaba mudo desde que había conocido de que el parto era inminente. Ella por su parte por no podía estar más feliz. Su bebé estaba sano y tenía tangas ganas como ella de conocerse.

–Amor, también será hermoso compartir con Andrés nuestro matrimonio. Sin duda estará junto a nosotros en el altar.

Aquello pareció contentar a Franco, porque se giró hacia ella con una enorme sonrisa.

–Solo quería hacer lo correcto y que nuestro hijo naciese con sus padres casados, pero ahora que me planteas esta otra posibilidad... ¡Me encanta!

Suspiró aliviada porque si Franco quería una boda express, su cuerpo no lo iba a soportar. Su panza había crecido tanto que no podía verse lo pies y salvo para comer, necesitaba la asistencia de Franco para todo.

Estaba feliz, inmensamente feliz, pero los estragos del embarazo la tenían agotada y solo deseaba llegar a la casa. Si el nacimiento se podía producir en cualquier momento, quería haber descansado lo suficiente para hacer frente al largo trabajo que le esperaba.

–Tanto tiempo deseándolo y el momento ha llegado –comentó Franco contra su pancita una vez se tumbaron en la cama.

Apenas era medio día, pero tras un breve almuerzo su cuerpo, y Andrés le exigieron una siesta.

–Por ahora no ha llegado, pero le aconsejo al papá que me acompañe y aproveche esta calma que disfrutamos antes de que la tormenta llegue.

Soltó una carcajada al ver como Franco se quitaba rápidamente la camisa y los pantalones y adoptaban la única postura en la que Andrés y ella descansaban; con los brazos del papá rodeándoles.

Se durmió con una sonrisa en la boca mientras escuchaba las bellas palabras que Franco le susurraba en el oído.

Se encontraba en el mejor momento de su vida y nada podía hacerla cambiar de opinión.

Un hombre que la amaba.

Un bebé sano.

Y una familia que la apoyaba.

Su mamá...

Esperaba que su mamá se arrepintiese en algún punto de su vida.

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Una incomodidad hizo que se despertase de su profundo sueño. Una molestia insoportable que la arrancó de los brazos de Morfeo y la regresó a la realidad.

Se llevó las manos al vientre, comprobando que Andrés se encontraba tranquilo y que este no era la causa de la interrupción de su sueño. Giró la cabeza hacia su lado izquierdo creyendo que iba a encontrarse con su novio, pero no fue el caso. Lo que se encontró fue con una pequeña nota escrita a mano.

La decisión de SaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora