개ʚVEINTICINCO

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Especial Apo

—Y entonces entras a aquí y....listo 139 armas a México—se estiró en la silla y apagó la computadora.

—Genial —sonreí emocionado, Mile me había enseñado a como hackear los sistemas de aeropuertos, bancos, empresas, etc, estaba muy emocionado por todo lo nuevo que estaba aprendiendo y que en un futuro podría aportar en la familia.

—Lo es—me guiñó un ojo—¿Así que te hace poco que vives con el niñato idiota y el insoportable de su amigo?—preguntó con una mueca de asco, haciéndome reír.

—Si, hace unas...dos semanas creo—lo miré. Que rostro tan atractivo que tiene, me encanta como su mandíbula se marca.

—¿Como llegaste a ellos?—sacó un cigarrillo, me pasó uno, lo acepté y prendió ambos.

—Problemas con mi padre—respondí cortante, no quería que me preguntara del tema.

—¿Abusivo?—expulsó el humo.

—Si—le di otra calada.

—¿No tienes ganas de hablar de eso, verdad?—me miró.

—Para nada—reí.

—¿Cuantos años tienes?—preguntó.

—¿Que es esto?, ¿un interrogatorio?—sonreí divertido.

—Curiosidad—respondió sin dejar de mirarme.

—Tengo diecisiete—abrió sus ojos de manera exagerada.

—Ya en serio, dime la verdad—rió tirando su cigarrillo.

—Es verdad, tengo diecisiete—tiré el mío.

—No pareces, pensé que eras más grande—un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando me miró descaradamente de arriba a abajo.

—¿Y tu cuanto tienes?—me sonreí.

—Tengo 29—se paró—Vamos te mostraré un lugar—salió al aparcamiento conmigo a atrás donde había unas cinco motos de distinto modelo y color.

—¿Son tuyas?—pregunté emocionado.

—Si, ¿quieres manejarla y yo te guío?—me sonrió.

—Claro que si.

—Elige una.

Decidí ir por la negra, estaba espectacular.

—Vamos—me subí admirando la moto. Me sobresalté al sentirlo acomodarse atrás de mi y yo que pensé que iría en otra moto.

—Te iré guiando todo el camino —me susurró al oído, me mordí mi labio intentando resistirme a la tentación de besarlo.

Arranqué la moto y le dí a todo lo que daba, Mile rió en mi oído, en una de las vueltas sus manos atraparon mi cintura haciéndome jadear, dios creo que estoy necesitando.

Di la vuelta donde él me pidió y nos adentramos por una camino de tierra que nos llevaba hasta una pequeña casa al costado de un río.

Apagué la moto y bajamos en silencio.

—¿En donde estamos?—pregunté viendo como entrabamos a la pequeña casa que la vez tenia un puerta que salía del piso.

Bajamos a un lugar oscuro y cerró la puerta.

—Bienvenido a mi fortaleza —sonreí como nunca antes al ver todo tipo de armas en las paredes, el techo y en estanterías.

—Esto es asombroso—mi vista se fijó en una PP2000–¿Puedo?—señalé el arma.

ENEMIGOS │JEFFBARCODEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora