Capítulo 14

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Hoy es el día, Enzo se va. No he salido de mi habitación desde que amanecí.

Anoche luego de tomar el baño me acosté a dormir y no hablé con más nadie. La peor parte de todo esto, es que mi familia escuchó los gritos y todo eso…

Siento que si bajo va a ser muy incómodo y no estoy de humor para eso. 

Esta crisis temporal, me ha dado una grandiosa inspiración  para escribir. Anoche entre los varios intentos de quedarme dormida, una idea cruzó mi mente. ¿Y si escribo mi historia con Enzo? 

Tengo mucho para decir y la verdad, este trágico final podría ser útil para un buen drama. Algo bueno tiene que surgir.

Por lo que, he decidido encerrarme y escribir, lo que más pueda. Ansío desahogar mis penas, frustraciones y alegrías en una hoja de papel, o más bien, en una computadora.

Las horas pasan y mi humor mejora junto a la escritura. Mi cable a tierra.

Estoy tranquila e inspirada…al menos hasta el almuerzo... 

–Hija vení a comer. Son las doce del medio día, tenés que ingerir algo nena–dice mamá tras la puerta–bajá, por lo menos un ratito.

La duda me invade, no se si es una buena idea. ¿Qué se supone que haga? Fingir demencia y actuar como si todo estuviera bien o, permanecer con la peor de las ondas sin decir nada. Ninguna de las dos opciones es buena en cuanto a salir de acá.

Sin embargo, en algún momento voy a tener que enfrentarme a ello...

Decido que esta es la mejor opción por ahora. Tengo hambre y ya es hora de que de la cara.  

Bajo las escaleras lento y tratando de actuar lo más natural posible. Todos están sentados en la mesa, empezando a comer. Mamá levanta la cabeza y sonríe.

–Vení amor, sentate.

–Buenos días–digo tímida.

Comemos en silencio, nadie dice o hace nada. Lau está almorzando con nosotros porque es el último día de Enzo, más incómodo.

Pasan los minutos y solo se escuchan tenedores y cuchillos chocar, hasta que papá habla.

–Chicos–dice de repente. Todos lo miramos y dejamos de masticar por un momento. Papá solo nos mira a Enzo y a mi– no sé qué haya pasado entre ustedes…pero por favor, sea lo que sea, tratemos de tener un bonito día todos juntos. Además, se conocen hace mucho y saben que lo mejor es hacer las paces, no vale la pena tener rencor y no hacer nada por cambiar.

Enzo, quien se encuentra enfrente mío, me mira durante unos instantes y yo asiento con la cabeza. Sé que papá tiene razón, no quiero que todo quede así. Por lo menos por hoy, fijamos que todo está bien. 

Miro a papá y él me sonríe, luego yo a él y de la nada, la tensión empieza a desvanecerse. 

–Bueno…¿Qué van a hacer esta última tarde? 

Enzo y Lau se miran divertidos.

–Se me ocurría pasar la tarde acá en casa. Hace calor y la pile está limpia–dice Lau con una sonrisa.

–Es pleno Marzo hijo–responde mamá.

–No hay mes para nadar ma–digo divertida.

Todos sueltan risitas, al igual que yo. Miro a Enzo y ambos nos sonreímos mutuamente. Me alegra que por lo menos tengamos un pacifico y divertido último día después de todo. No sé cuándo lo volveremos a ver...quizás dentro de mucho.

–Si, yo la verdad, voy a avisar en la oficina que tengo asuntos pendientes y que se me hace imposible ir–dice papá con gracia.

–Me parece bien viejo–dice Enzo. Hace una pausa mientras nos contempla--Gracias a todos por hacerme pasar unos maravillosos cinco días, son lo más familia.

Todos le dedicamos una gran sonrisa. Mamá se levanta de su silla y rodea la mesa para dejarle miles de besos por la cara.

–Te queremos mucho amor. Y estamos sumamente orgullosos de vos.

Y así, todo un lindo día comenzó. Dejé mi novela para seguirla luego y decidí pasar el resto del día junto a Enzo. 

La tarde llegó y un hermoso sol apareció reluciente. Mis viejos se fueron a comprar helado y, mientras tanto, con los chicos preparamos el patio para pasar la tarde. Le mandé un mensaje a Vale pidiéndole disculpas y le explique todo lo que había sucedido. Supo entender y aceptó acompañarme para despedir a Enzo en el aeropuerto. Seguro viene ahora en un rato para la pileta. 

Enzo está sin remera y con una malla que le queda fantástica. Tiene un cuerpo firme y sensual, me encanta. Sé que debería estar pensando en todo lo que sucedió, pero por más que me esfuerce o pase lo que pase, siempre voy a admirar su belleza y eso capta mi atención.

Estoy sentada en mi hamaca leyendo un libro de Cortazar. Lau y Enzo están en la pileta, obviamente jugando como animales. Parecen niños pequeños pasando una tarde de verano. 

–¡Anto vení con nosotros! –grita Lau a todo pulmón.

–Naa, estoy bien–prefiero continuar con mi lectura. Además, no tengo la malla puesta, solo llevo ropa interior y un vestido corto. No tengo ganas de subir a cambiarme.

Continúo leyendo y disfrutando del momento, hasta que siento que alguien me agarra de la cintura y me levanta. No tardo en notar que es Lau,  mientras se ríe a carcajadas por supuesto. 

–¡¡Dejame pelotudo!! –grito escandalizada. Enzo se ríe desde la pileta y yo le dirijo una mirada asesina. 

De un segundo a otro, caigo sobre agua y todo desaparece. Al salir, ambos se ríen a carcajadas, Enzo a mi lado y Lau desde afuera.

–Esperenme, voy a buscar el celu–dice Lau entre risas.

Y entonces…nos quedamos solos.




Hola chiquisss

Va el capítulo 14 con mucho amor!!

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Enzo y yo (Enzo Vogrincic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora