Capítulo 18

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Ha pasado una semana desde que Enzo se fue. 

Hemos hablado por mensaje durante este tiempo y me encanta. Me cuenta sobre cómo va su carrera, entrevistas, anécdotas, viajes, 

etc. Yo hago lo mismo por supuesto, y él me da consejos. 

Lo extraño muchísimo. Todo de él, su sonrisa, su buena onda, su voz…todo. 

Él me ha dicho que también me extraña y ansía volver a verme. 

Ambos estamos de acuerdo en no decir nada sobre nosotros a nuestras familias. Es decir, ni siquiera tenemos aún una relación formalizada y no sabemos qué va a pasar. 

Ahora estamos en una videollamada y Enzo, como siempre, luce magnífico. Es de noche tanto acá, como en Uruguay, y ambos nos estamos preparando para dormir.

Me recuesto en mi cama y suspiro, Enzo hace lo mismo. Ambos nos miramos a través de las pantallas y suspiramos. 

–Te extraño muchísimo linda–me dice casi en un susurro. Yo le sonrío y no dudo en decirle lo mismo. 

–Yo también Enzito…y no sabés cuánto estoy deseando abrazarte y…

–Besarte–termina la frase por mi. Unos instantes de silencio nos rodean. Nos contemplamos intensa y fijamente–Dentro de poco es tu cumple–me dice, cortando el silencio. 

–¡Ahá! Voy a estar en México con Vale en esas fechas.

–Que lindo amor, seguro la pasan increíble.

–Si…–hago una pausa–te quiero ver Enzo. No te digo que ya o dentro de poco, pero planifiquemos un reencuentro. 

Él suspira y asiente.

–Si si, voy a tratar de ir para allá lo antes posible. Quedate tranquila.

–Bueno–nos miramos en silencio–Me tengo que ir a dormir. ¿Hablamos mañana?

–Por supuesto, como siempre.

Yo le sonrío y él me devuelve el gesto.

–Buenas noches, Enzito.

–Buenas noches, linda.

La llamada finaliza y me quedo mirando el techo de mi cuarto, pensando en lo mucho que lo extraño.

La alarma me despierta de repente, son las seis en punto. Me levanto y me visto para salir a trotar.

El aire está fresco y el sol recién saliendo. Veo personas bien vestidas saliendo de sus casa para ir a trabajar y uno que otro pájaro silbando dulcemente. Los minutos pasan, mi respiración se agita y el sudor crece. Decido parar un momento y beber agua. 

Al volver a casa, subo rápidamente para darme una ducha rápida, ya que en una hora tengo una clase de la universidad.

Mientras me preparo, pienso algunas historia incompletas y proyectos pendientes que me quedan por terminar y presentar.

Bajo las escaleras con mi bolso en la mano y mamá levanta la mirada desde la cocina.

–Buenos días amor ¿Vas a querer tomar algo antes de irte?

–Un café con leche. Pero ya me lo hago yo tranquila.

Ella me sonríe dulcemente con una ceja enarcada, insistiendo en hacerlo ella. Yo suspiro y asiento amable. 

Mientras prepara la bebida, suelta una risita causada, al parecer, por algún que otro recuerdo.

–Me acuerdo cuando te hacía la chocolatina antes de llevarte a la escuela–yo le sonrío y me siento frente a ella.

–Si…que buenos tiempos.

–Eras tan bonita hija. Un niña tan buena y dulce. Nunca hacías problema por nada, siempre estabas intentando ayudar a los demás con lo que sea posible. 

Yo la observo fijamente mientras continúa preparando el café, y Enzo viene a mi mente de repente. No puedo evitar recordar lo mucho que lo acompañé y ayudé esos días que estuvo acá, y lo mal que la pasé con lo que me hizo. ¿Será que soy demasiado buena y la gente se aprovecha de eso? O tal vez, se aprovechó de mi enamoramiento hacia él para ganarse mi perdón.

Me pregunto si tendría que haberlo hecho esperar más, antes de perdonarlo, quizás todavía no era tiempo. Quizás no merecía mis disculpas.

–Mamá–Ella levanta la mirada hacia mí y me entrega el café–¿Vos crees que quizás las personas se aprovechan de que soy amable?

Mamá me observa en silencio y su mirada se entristece un poco.

–Puede ser, no sé. Vos siempre acordate de respetarte a vos misma y que nadie abuse de tu bondad, aunque quieras ayudar.

Yo asiento un poco preocupada y tomo un sorbo de mi bebida. 

Debería hablar con Enzo sobre eso. Necesito más explicaciones acerca de todo eso. Hay cosas que no entiendo. Es decir, si él realmente estaba enamorado de mí, no hubiese traído a una chica a mi casa, por más ganas que tuviera de hacerlo. Si yo estuviera enamorada, nunca haría algo así.

No significa que no le guste, pero no es correcto lo que hizo y necesito hablar de ello.

Ya es de noche nuevamente. Fue un día lago y cansador. Me pongo el pijama y me recuesto en mi cama para agarrar mi celular. Abro Instagram y noto que Enzo ha publicado una historia junto a Mati Recalt en Roma. Esto de ser actor famoso le ha permitido conocer diferentes partes del mundo en muy poco tiempo. 

El teléfono vibra y una notificación de mensaje se muestra en la pantalla.

Enzito: Lindaaa ¿Estás para una videollamada? Te tengo que contar varias cosas y te quiero ver. 

Sería un buen momento para hablar sobre mi duda con lo de la chica…




Hola chiquisss

Perdón la demora, pero acá les dejo el capítulo 18.

Espero les gusteee!!

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Gracias por todo el apoyo ❤

Enzo y yo (Enzo Vogrincic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora