Capítulo 26

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Ya llevamos varios días en la costa argentina. Han sido los mejores cinco días de mi vida y la verdad, no quiero pensar en volver a mi vida normal. Estamos a viernes y el domingo por la tarde volveremos a Capital. Además, ahora que somos novios, nos pasamos horas planificando cómo les vamos a decir a mis papás y a mi hermano. La verdad, ser novios no es muy distinto a antes, con respecto a la relación que tenemos entre los dos. La verdadera diferencia va a ser cuando todos sepan. Me asusta un poco la reacción de la gente, pero me encanta la idea de por fin tener una relación oficial y formal. 

–Yo creo que lo mejor sería decirles y listo. ¿Para qué tanto alboroto?–dice Enzo mientras hace el almuerzo. 

Yo lo contemplo desde el sillón y sonrío. Se ve tan lindo haciendo de comer. Honestamente, no es que yo no colabore, pero él cocina mucho mejor que yo y es algo que lo apasiona. Por lo que no me deja meter mucha cuchara.

–Si…tenés razón. Ya tengo ganas de decirles–digo sonriente. Enzo se acerca a los sillones con ambos platos de comida. 

–¿Ah si?-- él morocho se sienta a mi lado, besa mi frente y  pone play a la serie que estamos viendo. 

-Si. Yo creo que van a amar la noticia–digo sonriendo e imaginando como seria. Enzo me observa con ternura y me abraza por los hombros.

–Seguro que si amor. Ahora comé que se te va a enfriar. 

Ya es la tarde y hemos decidido bajar al centro. Durante estos días no hemos podido ir porque no queremos arriesgar la seguridad de Enzo. Lo llegan a ver por las calles y todo colapsaría. Opté por vestirme con un short de jean azul y una musculosa fresca color roja. Enzo viste una camisa negra con estampados blancos y una bermuda de jean color azul. Además, para mantener en secreto su identidad, agregó unos lentes oscuros y una gorra del mismo color. 

Al llegar al centro decidimos ir a pasear por los distintos negocios. De vez en cuando compramos algunas cosas que necesitábamos o para llevarle a la familia de recuerdo. Enzo compró una gorra y una remera temática rock nacional argentino para su hermano. Además llevó adornos para su casa y algunos otros para regalarle a sus padres. Yo le compre un vestido floreado muy pintoresco para Vale, unas pulseras estilo playa para Lau, un sombrero a mi mamá y, al igual que Enzo, una gorra a mi papá. Debido a falta de dinero, no pude comprarme nada para mi, pero no me importa, no necesito nada, soy la persona más feliz del mundo en este momento. 

Ya más cerca de la noche, decidimos ir a cenar a un bar cerca de la playa y pasamos toda una velada romántica en pareja. Me apenaba un poco que Enzo tenga que estar siempre cubierto, pero sé que es por su seguridad. 

Al volver al departamento, nos quedamos hora en el balcón, con vista al mar,  hablando sobre nuestras vidas y sobre qué deseábamos hacer en el futuro. Cada vez estoy más segura de que él es el hombre al que siempre he amado. 

Finalmente, ha llegado el día de volver a casa. Decidimos que lo mejor será que Enzo se quede hasta el lunes en la noche en mi casa para así poder contarles la gran noticia a mi familia. 

Durante el viaje de vuelta nos la pasamos escuchando música a todo volumen y hablamos sobre distintas cosas. Honestamente, siempre que hablo con Enzo, las conversaciones fluyen y no hay tema del que no hagamos mención. Es fantástico. Luego de un rato cantando y conversando, me quedé dormida. Al despertar, me alegré de ver, por fin,  mi casa. 



Hola chiquisss

Acá les dejo el capitulo 26. Espero que les gusteee!!!

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Enzo y yo (Enzo Vogrincic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora