Capítulo 10; Es tan difícil ser hija de Muggles

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Hermione abandona la sala de los menesteres hirviendo por dentro hasta sentir que va a explotar, con más preguntas ahora que las que tenía al principio. Lo único que sabe con certeza es que Malfoy es un bastardo.

Va a hacer que pague. Lo hará.

Ni siquiera se esfuerza por enseñarle correctamente. Está intentando aprovecharse de la semántica. Idiota privilegiado.

Le enseña lo que sabe, de la forma en que lo sabe. No le importa en absoluto si ella es capaz o no de usar el conocimiento. Eso contradice por completo la idea de la apuesta.

Si ella no hubiera estado tan desesperada, podría haber planificado los términos exactos del juramento y habría intentado pensar en todas las formas en las que se pudieran o no sacar ventajas; estaba tan aterrada, pensando si realmente iba a seguir adelante con el Juramento, que no se había detenido a pensar en los posibles huecos legales.

Idiota. Es una idiota.

Bueno, al menos Malfoy no es el único con frases para explotar. Escribe los términos exactos de ambos juramentos y se da cuenta que su elección de palabras también es ambigua. No está segura si es que él es tan prejuicioso que no puede siquiera imaginarla como nada más que una hija de muggles, o si existe algún tipo de estrategia morbosa por detrás.

El modo tan indiferente en que entró a la apuesta la tiene paranoica.

A veces siente que el mundo que la rodea está plagado de trampas que todos están entrenados para reconocer excepto ella. Es un milagro que haya mantenido todas sus extremidades intactas hasta ahora.

Malfoy actúa como si toda la situación fuera una nueva forma de entretenimiento. Como si realmente no importara demasiado. Es desconcertante.

Vuelve a leer el libro de ética y ahora, con el nuevo contexto de las artes oscuras categorizadas como magia que implica un precio, en lugar de la definición bajo la que estaba operando en la que se trataba de magia dañina, cobra más sentido.

Todo el concepto presenta un asombroso dilema filosófico en el que le gustaría tener más tiempo para pensar. La teoría conspirativa de Malfoy de que las artes oscuras han sido redefinidas, y eran ahora enseñadas bajo un contexto nuevo e inexacto, es fascinante. No está del todo convencida de que cualquier persona pudiera tan solo redefinir algo socialmente, pero evidentemente él está convencido de ello, y eso es en sí mismo bastante interesante. Querría poder pensar acerca de eso, quisiera desentrañar cómo y por qué y qué ventajas le supondrían a quién.

Desafortunadamente, no tiene tiempo.

Tiene que descubrir cómo reconocer su propia magia, y no tiene idea de por dónde comenzar. Como Malfoy dijo, en Hogwarts, magia es magia. Nunca se había detenido a pensar de dónde provenía. Siempre había estado allí para ser usada.

Todavía es escéptica a la idea de que cualquier cosa que esté más allá de la magia que un mago o una bruja tiene de manera natural, sea una forma de arte oscura, pero está decidida a perseguir la idea al menos lo suficiente como para descubrirlo.

Intenta sentir en su interior una magia que pudiera ser completamente suya, pero solo encuentra pequeñas chispas y algunos destellos inútiles. Nada "familiar" en un sentido que pudiera pensar que reconoce como algo únicamente suyo y de nadie más.

Intenta enfocarse hacia adentro, pero sin exteriorizar la magia en forma de hechizo, es como intentar agarrar niebla.

[...]

Hay risitas y miradas cuando Hermione entra al gran comedor a la mañana siguiente, y por un horrible minuto cree que alguien debe haberlos visto a ella y a Malfoy saliendo de la sala de los menesteres.

LET THE DARK IN | TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora