Chapter 14: Magia Elemental

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Cuando Hermione despierta al día siguiente, el baile de navidad se siente como un sueño. Todavía siente el corazón acelerado mientras abre los ojos; tendida en la cama, empieza a recordar, disfrutando de todo lo sucedido. Después del baile con Malfoy, Viktor había conseguido liberarse de las garras de Karkaroff, y habían pasado el resto de noche en el centro de la pista de baile, enterrados en la multitud para que nadie más pudiera molestarlos.

Viktor era encantador, tan bueno en retrospectiva como había sido en el momento.

Hermione no podía recordar la última vez que se había divertido tanto. Durante toda la noche se había dejado llevar, disfrutando sin preocuparse por el futuro.

Viktor le había contado acerca de los diferentes lugares que había visitado, y aquellos que creía que le podrían gustar. Las comunidades mágicas escondidas en pequeños callejones y patios, vistazos de un mundo que no tuvo la oportunidad de explorar por no haber tenido padres mágicos con los cuales viajar. Él no parecía en absoluto ofendido porque ella no quisiera hablar sobre quidditch o sobre su carrera. Ella sólo quería saber cómo era el mundo más allá de Hogwarts.

Antes de irse, él le había preguntado si podía escribirle, y si ella le respondería si lo hacía; después de sonrojarse hasta la punta de las orejas, ella le respondió que sí.

Se sentía mareada de sólo pensarlo.

Al entrar al gran comedor, la gente deja lo que está haciendo y la mira, y Cormac le dirige una sonrisa que únicamente le ha visto usar con otras chicas. Ron apenas le ofrece un sonido malhumorado a modo de saludo cuando ella se sienta; aparentemente sigue convencido de que ella ha difundido información académica clasificada que ha destruido la gloria de Hogwarts ahora y para siempre.

Hermione lo ignora. Hay un artículo acerca del baile en El Profeta, pero nada terrible ni particularmente enfocado en Hermione, lo que resulta un alivio. En lugar de eso, el foco está en los invitados del Ministerio. Últimamente, la mayoría de las noticias han sido acerca de un aumento de impuestos propuesto por el Ministro Cornelius Fudge. El Wizengamot se encuentra dividido, y los argumentos acerca de sus méritos se derraman desde las cámaras hacia el discurso público a medida que los dos lados se esfuerzan por ganar el apoyo de la gente.

Hermione pasa las vacaciones de invierno en la biblioteca, leyendo acerca de teorías de la magia y vigilando el Mapa del Merodeador. Cuando alcanza a ver el nombre de Malfoy dando vuelta por las mazmorras algunos días después, vuelve a meter el libro en el estante y le corta el paso a mitad de un pasillo.

Él le dirige una larga mirada de resentimiento y se detiene, resignado, esperando que comience a hablar. Se quedan mirándose el uno al otro por un momento, y la cadencia de sus latidos se ilumina por la anticipación.

—Quiero que me muestres las artes oscuras. Quiero saber hacia dónde está yendo mi trabajo.—dice ella, en un tono claro y conciso.

—¿Qué «tipo» de arte oscura?—pregunta él, arrastrando las palabras con petulancia—. Eso es como decir: «muéstrame un idioma».

Los hombros de ella se tensan.—Con lo que sea que hayas empezado en Durmstrang, muéstrame eso.

El rostro de Malfoy refleja irritación, seguida por una sutil expresión de burla; le vuelve a sostener la mirada, de una manera que ella no sabe si es intencional o no.—No serás capaz de hacerlo.

Ella aprieta la mandíbula y se niega a morder el anzuelo, aunque una parte de ella teme que pueda tener razón. Ha estado practicando para encontrar la fuente de su magia, pero nunca parece llegar hasta el final.

—Entonces lo intentaré y fallaré.—dice, con absoluta determinación.

Él suspira, al parecer decepcionado de que ella no acepte su inferioridad ante sus palabras.

LET THE DARK IN | TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora