Chapter 17: El Club de las Eminencias

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Apenas se siente lo suficientemente bien para ponerse de pie, Hermione y Malfoy separan sus caminos con rigidez; se van en direcciones opuestas sin decir una palabra.

La invade una oleada de alivio cuando finalmente se va. Mientras lo ve desaparecer tras la esquina, se siente de una manera con él que, sospecha, él también se siente con ella: atrapada.

Ella sabe que se utilizó a sí misma como cebo para que él aceptara la apuesta, y también ha sentido el poder del Juramento Inquebrantable; pero esa noche es la primera vez que se siente consciente hasta las vísceras de que el Juramento los ha enjaulado juntos .

No importa cuánto quieran evitarse, ninguno de los dos tiene los medios para escapar. Están encadenados el uno al otro hasta que termine el torneo, y ahora comienza a sentir lo restrictivo que es.

Se arrepiente con amargura de haber hecho alusión a su infancia frente a él.

Como regla general, ella no habla de eso. Ha aprendido rápidamente que en el mundo mágico los Muggles son considerados aburridos y primitivos, en el mejor de los casos.

Sólo comparte la información mínima: Sus padres son dentistas. Se pusieron contentos cuando se enteraron que Hermione era una bruja.

A nadie le ha importado indagar más, salvo por algún curioso ocasional que pregunta, desconcertado, qué es un dentista y por qué alguien querría uno.

Siente que traicionaría a sus padres si contara algo más, sabiendo que serían percibidos de una manera tan condescendiente. Sus padres son inteligentes y la aman, y no es su culpa que no supieran cómo criar una hija mágica. Lo intentaron; hicieron lo mejor que pudieron. Hermione sabe lo mucho que lo intentaron; lo mucho que todavía intentan apoyarla en la vida por la que ella eligió dejarlos, aunque apenas la entiendan, y de la que, aunque lo hicieran, nunca serían parte.

Sabiendo eso, Hermione siente todavía más culpa por lo frenética y sofocada que se siente cada vez que regresa a casa. Le avergüenza su desesperación por dejarlos otra vez; el terror irracional de que el mundo mágico pudiera desaparecer sin ella.

A veces cree que sería más fácil si ellos no la amaran.

Hermione sube al dormitorio, e inmediatamente se dirige a observar su reflejo en el espejo del baño en busca de alguna señal visible de lo que ha hecho. Espera lucir más maliciosa, o endurecida por sus acciones oscuras, por su auto-canibalismo; pero el mismo rostro de siempre le devuelve la mirada.

Ojos grandes y marrones, barbilla afilada y boca firme.

Ni siquiera luce descolorida, ni un poco vampírica; la Poción Reabastecedora de Sangre contrarrestó con éxito cualquier palidez.

Es casi decepcionante.

Por dentro, se siente como si estuviera cambiando; siente que su magia crece, se endurece, y se convierte en algo nuevo; pero cuando el reflejo le devuelve el mismo rostro, se pregunta si se lo estará imaginando.

Al día siguiente se siente lenta, su magia es apenas más que un débil movimiento en su sangre, como si estuviera diluida. Hasta los hechizos más simples parecen requerir más energía de la que tiene para dar.

Después de la cena, se entrega a la agotadora tarea de concentrarse en su fuente, con la esperanza de poder incrementar sus niveles de magia. Aunque el camino hacia el interior está débil, ya conoce el recorrido.

Y funciona.

La oleada de magia que vuelve precipitadamente la deja con la cabeza dando vueltas. Se siente eufórica y, al mismo tiempo, exhausta.

Se despierta temprano a la mañana siguiente, con su magia aún más fuerte que antes; todo su cuerpo se siente inquieto y su piel hipersensible; la pone tensa de una manera incómoda.

LET THE DARK IN | TraducciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora