d o c e

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Cuando llegamos al hotel me pedí una habitación para poder dormir sola y no molestar ni a Mía, ni a Guido

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Cuando llegamos al hotel me pedí una habitación para poder dormir sola y no molestar ni a Mía, ni a Guido. Si bien me dijeron que podía dormir esa noche con ellos otra vez, insistí y terminé mudando mis cosas a la habitación que estaba al lado.

No quería ni siquiera pensar en Pato pero era inevitable porque todo había sido muy reciente y seguíamos compartiendo el mismo radio de distacia así que después de ducharme me puse la remera que me había quedado de él , la tan famosa remera negra Ferrell blanca y negra. Sentir su olor, irónicamente me calmaba (y agradecía que su perfume siguiera en la tela). La verdad es que no quería pero tuve que ponerle ganas al skincare y después me tiré a la cama a llorar un poco más.

Lo extrañaba mucho, apenas habia pasado una noche y necesitaba tenerlo al lado. Quería abrazarme a su cuerpo, quería tocarlo, sentir su piel, acostarme en su pecho. Quería besarlo, acariciarlo, quería hacerle el amor, quería dormirme entre sus brazos, pero todo eso había sido una fantasía y quedaría en mi memoria porque, a mi todo el cuento que me hizo antes de irnos, no me lo iba a comer.

Lo único que podía pensar es que ese hijo de puta me estaba mintiendo.

-Cami...- tres golpes en la puerta me sacaron de mis pensamientos.- ¿Vamos a la terraza? Los chicos van a subir a jugar a las cartas y a tomar unas birras.- la voz de Mica se hizo presente y lo medité un momento.- ¿Mila?- volvió a tocar.

Ya fue- pensé. Iba a ir igual.

-¡Voy!- exclamé y me levanté de la cama, agarrando el celular.

Me sequé las lágrimas y salí como si nada aunque fuera muy obvio que había llorado. En el trayecto, Mica me había comentado que el plan de la terraza era distender un poco el estrés, según mi hermana, Guido y Mía habían comprado un parlantito con un micrófono para cantar y romper las bolas (no me pregunten en qué momento), y que pensaban quedarse gediendo toda la noche, además que Gastón era un aficionado en comprar jueguitos de mesa tipo cartas para sobrevivir las giras, así que la idea era pasar un buen finde.

Llegar a la terraza y ver a Sofía en el hombro de Pato no fue lo más gratificante pero respiré hondo. El lugar era grande y a cielo abierto claramente, había una piscina que cubría parte del lugar y los chicos estaban a una distancia prudente de la misma y  en unos sillones que parecían super cómodos. La mesita ratona entre los asientos estaba llena de cerveza, a excepción de Cuty que cebaba unos mates, y aquella famosa bolsita llena de juegos estaba en el piso. 

Los sillones estaban puestos en "U", dos sillones enfrentados y uno en la punta, uniendo a los otros dos. La ubicación era la siguiente: Guido sentado en la punta, al lado Mía, luego estaba yo, Mica, Gastón, Sofía y Patricio. 

-¿Te ayudo Mi?-le pregunté a mi hermana más chica al verla luchar con el cable enredado del micrófono.

-No, gracias reina. Ya casi.- comentó concentrada.

HIM AND I- Patricio Sardelli (AIRBAG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora