Ellos creían en las casualidades, que todo pasa por algo y en el momento justo.
Jamás se atrevieron a cuestionar los juegos del destino y sus maniobras pero esta vez había llegado demasiado lejos.
Nadie les dijo que su gran y extraño encuentro iba...
-Te volaste cuando le dijiste lo de Julieta.- dijo Guido riendo mientras cruzábamos la puerta del hotel.
-Bueno, perdón que la mencioné, es que si no lo ejemplificaba con tu ex, no me iba a entender.- comenté tras él.- Igual no me entiende, no sé por qué está tan encaprichada con que me quede.
-Que se yo. En parte la entiendo, mal que mal sos el pilar de la banda y...- me miró mientras subíamos al ascensor.- Sos su hermana mayor, quizás se sienta sola si te vas.- explicó presionando el botón que nos llevaría al piso cuatro.- Bah, eso me pasaba con Pato, yo siempre fui muy pegado a él.- asentí.- En un ratito te averiguo y veo si la puedo bajar un cambio.- sonreí.
-Dale, yo voy a ver si agarro un poco la guitarra y escribo algo.- comenté.- Hay muchos sentimientos encontrados aca.- dije tocando mi pecho.
-Me parece bien.- Guido sacó su celular del bolsillo y miró la pantalla.-Gastón me acaba de avisar que están en la terraza. ¿Vas?- preguntó mirándome, ya estabamos a un piso de las habitaciones.- ¿O te quedas purgando la mierda?- suspiré.
-Agarro la guitarra, una bikini y voy.- respondí decidida.
-Dale, yo voy a buscar unas ojotas y vamos si querés.- ambos asentimos y bajamos del ascensor, cada uno a su habitación.
No tardé en cambiarme, me puse un poquito de perfume, retoqué el desodorante, me puse una remera grande que encontré en el bolso y agarre una toalla junto con unos lentes de sol que habíamos comprado con Guido en un 2x1 de una feria en ¿Neuquén había sido?
-Dale wacha.- escuché del otro lado de la puerta junto con unos toques.
-¡Voy!- agarré la guitarra acústica como pude y salí toda cargada al pasillo.
-A ver dame.- me agarró la guitarra y la acomodó en su hombro.
-¿Van a la terraza?- Guido y yo nos miramos al sentir esa poco tolerante voz. Ambos nos dimos vuelta a mirarla y asentimos.
-¡Yo también!- respondió.
-Vamos.- intenté responder amigable e invitándola a seguirnos. Ella asintió y subimos al ascensor.
-¿Como fueron los videos?- pregunté fingiendo amistad y Guido me miró con el ceño fruncido y una leve sonrisa.
-Bien, siempre salen bonitos aunque a veces me dan dolor de cabeza.- respondió Sofía y asentí.- Es mucha preparación.
-Me imagino. Ví varias publicaciones tuyas en Instagram y le re metes. Siempre admiré tu capacidad de ser tan eterea ante las cámaras.- no sabía que decirle y ella me quedó mirando.