Ellos creían en las casualidades, que todo pasa por algo y en el momento justo.
Jamás se atrevieron a cuestionar los juegos del destino y sus maniobras pero esta vez había llegado demasiado lejos.
Nadie les dijo que su gran y extraño encuentro iba...
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DISCLAIMER: Violencia física y verbal.
-Estás demente, amigo. Esa Les Paul escalopeada está tremenda.- comentó Mía en el viaje y Pato sonrió.
Después que Guido nos mezquinara el flan a todos, decidimos que era buena idea salir como estaba planeado. Patricio le preguntó y repreguntó a Micaela si estaba segura en salir pero ella insistió diciendo que estaba embarazada, no enferma.
Estábamos en camino, hablando pavadas, Gastón manejaba la camioneta y Mica iba adelante mientras que atrás íbamos en orden Mía, Pato, yo y Guido.
-Sí, fue una decisión jugada pero no me arrepiento, es un viaje de ida porque las cuerdas se mantienen en el aire, es mucho más fácil tocar. Hay muy poquitas en el mundo así.
-Si no es la única, te digo eh.- dijo Guido, metiendo bocado.
Mía sonreía extasiada y tiró su cabeza hacia atrás.
-Ah.- lo miró de reojo. -¿Algún día seré lo suficientemente digna para que me la prestes?- murmuró y Pato rió tirándosele encima.
-Ya veremos, wachita.- respondió risueño y ví la situación con una sonrisa.
-Ah bueno, ni a mí me la prestas gato.- dijo un Guido indignado.
-¡Y yo dije, "ya veremos"! No afirmé nada, salame.- dijo incorporándose para pasar de mí y golpear a su hermano, cosa que Guido le devolvió.
-Paren que me van a golpear a mi y les voy a romper la cabeza.- dije separándolos.
-Callate vos, rata fea.- murmuró Guido, dándome un saque en la cabeza y ahí medio se pudrió todo porque la ligó Mía también, y nos empezamos a pegar entre nosotros.
Claramente bastó un grito y llamada de atención de nuestros hermanos mayores para quedarnos calmados, aunque seguimos molestándonos por lo bajo.
-Agh. Que sueño que tengo.- murmuró Guido, después de un gran bostezo.
Ya habíamos bajado del auto e íbamos caminando al predio de Niceto Club, al final había ganado la Bresh.
-Que hijo de puta. Sos un viejo choto.- respondió Mía.
-¡Corré, Mía! ¡Te roba el colágeno y la vitalidad!- dijo Pato exagerado y nos estallamos en risas.
Caminamos tranquilos, saludamos a la gente que estaba afuera entrando y accedimos a sacarnos fotos con algunos seguidores que estaban ahí. Una vez entramos, nos pusieron las pulseras del VIP y subimos al segundo piso.
El ambiente estaba re lindo, algún tema de Gwen Stefani sonaba de fondo y bailábamos con Mica. Por allá se acercó Mía con una bolsa de chupetines que le había robado al staff y los iba repartiendo con Guido quien tenía unos anteojos con luces, que no sabemos hasta el momento a quién se los había robado.
