Ellos creían en las casualidades, que todo pasa por algo y en el momento justo.
Jamás se atrevieron a cuestionar los juegos del destino y sus maniobras pero esta vez había llegado demasiado lejos.
Nadie les dijo que su gran y extraño encuentro iba...
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-¡Nos podes explicar qué pasó cuando te fuiste!- dijo Micaela, sentándose frente a mí en la mesa del comedor.
-¡Y con detalles!- exclamó la mas chica.
Había llegado y Mía estaba como loca, yo seguía en shock asi que le dije simplemente que los había conocido. Terminé bajandome un litro de agua y después me senté y largué todo el llanto que tenía acumulado.
Mía estaba ansiosa y sus preguntas me ponían nerviosa pero cuando me vió llorar, solamente me abrazó. Gracias a Dios, Mica bajó rápido y al encontrarnos en ese estado se dió cuenta que algo había pasado, Mía le dijo que había visto a los pibes, así que ahora estabamos las tres sentadas y ellas esperando a que hablara.
-Salí para despejar, anoche dormi re poco y no daba más. Fuí a comprar el vinilo de Deep y el ultimo álbum en físico de los chicos.- me sequé las lágrimas y procuré estar más tranquila.
-Jodeme que te los encontraste ahí.- dijo Mica sorprendida.
-No, peor. En la plaza.- dije seria.
-¿Eh? ¿Qué hacían en una plaza?- preguntó la menor y la miré.
-Son humanos Mi.- respondió Mica y asentí.
-Salieron a pasear al perro de Guido.
-¡¿Andaban con Neme?!- preguntó Mía y asentí.
-Sí, justo les escribí por las entradas y cuando miré al frente ya estaba en el piso. Patricio me llevó por delante.
-¡¿QUÉ?!- gritaron ambas y reí.
-Sí. El perro se había escapado y los dos salieron a correrlo, Guido me esquivó pero Pato no, según él me gritó para que me corra pero yo estaba a full con los auriculares. Lo peor es que no solo me tiró el celular y me desconectó los auriculares, sino que voló la bolsa que tenía en la mano y se me rompió el album, el vinilo se salvó de pedo la verdad.- suspiré- Y como tengo tanta suerte ¿saben lo que pasó?
-QUÉ.- volvieron a decir.
-Se me bugueó el celular, empezó a andar solo, y yo estaba escuchando una playlist de ellos, Guido se me cagó de risa, él le sacó todo el peso a la situación pero les juro que quedé tiesa.
- ¡Ay! Mi rubio es perfecto- Exageró Mía y reí.
-Encima lo re bardié a Pato, ni lo ví y le grité, nunca me habian atropellado antes.- las dos me miraban tan sorprendida como yo estaba antes.- Fue medio tenso con Pato pero Guido fingió la verdadera demencia y me preguntó si podía tomar mate. MI MATE, CHICAS.- Las caras de mis hermanas eran el real poema.- Obvio le dije que sí pero fue re raro. Yo esperaba que se rieran y se fueran pero no. Terminé tomando mates con los Sardelli abajo de un arbol y hablando de la vida.
-¡PARÁ! ¿O, sea que no fue un saludo y listo?- preguntó Micaela y respiré hondo.
Si yo realmente no daba todos los detalles, me iban a asesinar así que procuré contarles todo de nuevo sin omitir nada. Claro que estaban como locas, gritando y saltando, y las entendía, manejabamos una adrenalina tremenda.
