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꒰★+꒱𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐔𝐋*ੈ✩‧₊˚
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𝐔𝐍 𝐄𝐒𝐂𝐀𝐋𝐎𝐅𝐑𝐈́𝐎 𝐑𝐄𝐂𝐎𝐑𝐑𝐈𝐎́ 𝐋𝐀 𝐏𝐈𝐄𝐋 𝐃𝐄 𝐋𝐔𝐂𝐈𝐅𝐄𝐑, erizando los vellos de su nuca como si una garra gélida le rozara la espalda. Se acurrucó entre las sábanas de seda negra, buscando en vano un refugio en la oscuridad de la habitación, pero la vergüenza lo consumía por dentro como un fuego abrasador, quemando su orgullo y su ego hasta dejarlo en cenizas.
Su corazón latía con un ritmo frenético, como un tambor resonando en la batalla, al recordar cada detalle de lo que había pasado la noche anterior. La imagen de Ethan desnudo, embistiéndolo sin piedad, con esa sonrisa burlona y las palabras que elogiaban con sarcasmo su cuerpo y lo bien que se veía en esa situación placentera, se repetían en la mente de Lucifer como un mantra tortuoso.
Puede que esté fallando en su misión de matar a Ethan, pero es un delito haber sido sucumbido a un sentimiento inesperado: una atracción hacia el mismísimo hombre al que debía eliminar.
Un gemido ahogado escapó de sus labios mientras se perdía en la memoria de la noche anterior. Entre los brazos de Ethan, la vulnerabilidad se convirtió en una experiencia excitante y novedosa. La idea de que su dignidad y orgullo, dos pilares de su ser, se diluían bajo la fuerza y la intensidad del albino le producía una mezcla de emociones jamás experimentadas.
¿Era un maldito fetichista? Probablemente sí, pero a quien mierda le podría importar eso. Él era el puto rey del infierno, y si en la cama deseaba ser maltratado y comportarse como un puto sumiso, nadie tiene el maldito derecho de cuestionarlo.
Además, si sería el sumiso de esta extraña e indefinida relación con Ethan, no sería el típico sumiso pasivo y obediente. Bueno, tal vez habría excepciones en algunas ocasiones, pero eso no impediría que él también tuviera poder e influencia sobre el albino.
—Oh, mi querido Ethan, te tendré en la palma de mi mano—Murmuro, con una sonrisa arrogante, sentándose de manera brusca en la cama.
Un agudo dolor lo asaltó en la cadera, congelando su sonrisa en una mueca de disgusto. Llevó la mano al lugar afectado, masajeando la zona con frustración.
