꒰★+꒱𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐔𝐋*ੈ✩‧₊˚
𝐀𝐋 𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐃𝐔𝐂𝐈𝐑 𝐋𝐀 𝐋𝐋𝐀𝐕𝐄 𝐄𝐍 𝐄𝐋 𝐂𝐄𝐑𝐑𝐎𝐉𝐎 de la puerta principal y abrirla, las luces de la casa se encendieron automáticamente. Ethan cedió el paso a Lucifer, quien con paso calmado ascendió las escaleras en dirección al baño privado de la habitación que compartían.
El rubio rebosaba buen humor. La mañana había sido agradable, y la tarde, mucho más emocionante, colmada de esa "diversión" que tanto tiempo anhelaba. Ahora solo necesitaba un baño caliente para eliminar la sangre que manchaba su piel.
Ethan, por su parte, se dirigió a la sala de estar y se dejó caer en el sofá. Su cabeza encontró descanso en el respaldo, sus ojos se cerraron y la oscuridad de la noche lo envolvió. La adrenalina de la tarde aún bombeaba por sus venas, mezclándose con la satisfacción.
La compañía de Lucifer era agradable. Su presencia carismática y a la vez enigmática, su humor sarcástico y su inteligencia aguda extrañamente atraían a Ethan. Sin embargo, era la forma demoníaca de Lucifer la que realmente despertaba en él una oleada de fascinación y atracción, aunque extrañamente también le causaba ternura cuando Lucifer se desconcentraba incluso en esa forma.
Un cosquilleo recorrió la piel de Ethan al sentir el peso de Lucifer sobre sus piernas. Sin abrir los ojos, sus manos se dirigieron instintivamente a la cintura del ángel, deslizándose por la suave tela de su ropa hasta sentir el calor de su piel.
—¿Estás cansado?—Pregunto Lucifer con una sonrisa ladeada, mientras jugueteaba con algunos mechones albinos del chico.
—No, solamente pensaba—Respondió Ethan, abriendo sus ojos y conectando su mirada gris con la del rubio.
—¿En qué?—Lucifer se inclinó un poco más, acercando su rostro al de Ethan.
Sus labios casi rozaban los del chico, creando una tensión electrizante en el aire.
—En ti—Susurro, con una voz ronca y suave.
El corazón de Lucifer latía con un ritmo frenético, un tamborileo travieso que teñía sus tiernas mejillas de un rubor encantador. Una sonrisa tímida, apenas un suspiro en sus labios, iluminó su rostro con una ternura inesperada. Las palabras de Ethan resonaban en su interior, encendiendo una chispa de emoción que no podía negar.