꒰★+꒱𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐔𝐋*ੈ✩‧₊˚
𝐋𝐀𝐒 𝐂𝐎𝐒𝐀𝐒 𝐄𝐍 𝐋𝐀𝐒 𝐏𝐔𝐄𝐑𝐓𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐋 𝐂𝐈𝐄𝐋𝐎 𝐍𝐎 𝐌𝐀𝐑𝐂𝐇𝐀𝐁𝐀𝐍 𝐍𝐀𝐃𝐀 𝐁𝐈𝐄𝐍. San Pedro observaba con desánimo la interminable fila de almas que aguardaban su entrada. Un día normal, sí, pero no para él. La fila era el doble de larga que de costumbre, y San Pedro se encontraba desbordado.
En la Tierra de los Vivos, la cantidad de personas era casi exacta. Cada nacimiento era compensado por una muerte, manteniendo un equilibrio constante. Pero algo había cambiado. La cantidad de muertes había aumentado repentinamente, desequilibrando la balanza.
Preocupado, San Pedro solicitó una audiencia urgente con Dios. Estaba seguro de que el Padre de Todos podría solucionar el problema que lo atormentaba.
—San Pedro, ¿a qué se debe tu visita?—Preguntó Dios con amabilidad.
—He venido a hablarle de un asunto urgente—Respondió San Pedro con solemnidad—En los últimos meses, hemos estado recibiendo más almas de lo habitual.
—Explícate.
—Las escalas se encuentran en su punto más alto—Mencionó San Pedro, mostrando un pergamino con las estadísticas—Ya no es un 2% de muertes, ahora es un 3%.
—Entiendo, es bastante grave—Reconoció Dios—Un 3% es preocupante. ¿Sabes el motivo de este aumento en las muertes?
—Muchas de ellas son por causas naturales. Pero la mayoría, son asesinatos.
—Los humanos son seres complejos—Dijo Dios con pesar—Algunos sienten la necesidad de experimentar la violencia.
—Ese es el problema—Exclamó San Pedro con vehemencia—Todos esos asesinatos fueron cometidos por la misma persona.
Un escalofrío recorrió la sala celestial. Más de mil almas habían sido segadas por una sola persona, una cifra aterradora que desafiaba la comprensión. Si bien la crueldad humana era conocida, rara vez recaía sobre un solo individuo la responsabilidad de tanta muerte.