Capítulo 14: Extraño, Creo Que Te Amo

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Un rey obsecionado.

Satoru se había preguntado muchas veces, como sería el momento del reencuentro con su mejor amigo. Se preguntaba muchas veces que haría, si se disculparía o si simplemente actuaba natural, como si nada malo hubiera ocurrido entre ellos dos.

Como si el pecado del ayer no afectaría en consecuencia al futuro tormentoso. Se preguntaba, si en algún lado, al que no puede acceder, se encontraría con él.

Pero cuando ese Suguru llegó, en parte se sintió culpable por pensar, en el dolor que sentía al haber acabado con sus propias manos, la vida de su mejor amigo. Verlo ahí, recostado contra la pared, con una sonrisa que había sido capaz de ver únicamente para él, con sangre y mirándolo con ojos brillosos, como si supiera que la única manera en que podía detenerse, era morir. Y fue más tortuoso para él, que Suguru haya aceptado ese destino, morir por su propia mano, ansiar la muerte para calmar la agonía de su mente.

Así que, no podían culparlo si ya no quería pensar en eso, no podían culparlo si quería concentrarse en no cometer errores con este Suguru, no podían juzgarlo si lo único que quería era proteger esa sonrisa, aquella misma que fue difícil proteger en el pasado y no se dio cuenta, hasta que fue demasiado tarde.

Pero este Suguru no se sentía como un impostor, no era un reemplazo, no era alguien extraño, verlo sonreír de esa manera mientras dice algo lo suficientemente estúpido para hacer cabrear a cualquiera, pero no a él. Porque el contrario ríe y sus ojos tienen un color distinto. Más vivo, más llamativo. Un café ámbar, con ese reflejo dorado en las partes oscuras que le hacen quitar el sueño y estremecerse, la prueba viviente de que es alguien diferente, pero tan conocido a la vez.

Cuando se pone esas lentillas, lejos de recordarle al púrpura en los ojos de su único, le recuerda a alguien que si puede salvarse.

Y esta vez Suguru le está dejando hacerlo, su sentido de ser el más fuerte tiene sentido ahora que puede ser capaz de protegerlo y es inevitable no sonreír también, cuando Suguru lo mira de esa manera cuando se pasa de la raya.

Sus cejas delgadas fruncidas y su cara que fácilmente puede ser un meme, su cabello negro agitandose con el viento nocturno y su forma de juzgarlo con la mirada justo como un gato negro.

Hablaban de cosas sin sentido, al azar, cosas que habían pasado en sus vidas, como si siempre hubieran estado juntos, ese sentido de pertenencia en ese momento y lugar, era un sentimiento compartido por ambos, inevitable, arrazador.

Fueron a ese restaurante, riendo un par de veces cuando las empleadas del lugar quedaron tan atónitas de ver a dos hombres demasiado guapos ser "pareja", se carcajeó varias veces cuando Suguru lo miraba impactado y algo asqueado por verlo comer más de cinco barriles de pollo y hamburguesas.

Bebieron cosas dulces hasta sentir que podían explotar, pero no terminó ahí, lo jaló a todas partes, con emoción, alegando deseaba darle muchos momentos felices antes de que Suguru volviera a donde pertenece, antes de que la realidad los golpee y los deje ir nuevamente. Quería que Suguru no estuviera más triste, quería ser el recuerdo grato, ser  el verdadero "verte una última vez" de su amigo, para sentirse tranquilo una vez que él también estuviera solo.

Fueron a Karaokes, rieron a carcajadas cuando las canciones simplemente eran ridículas para personas de sus edades. Disfrutaron incluso de bares y discotecas, y aunque Satoru detestara el alcohol, beber lo más suave que había por Suguru mientras lo veía fumar y sonreír así, esos momentos lo hacían sentir ameno y definitivamente bebió dos o tres copas llenas.

Recorrieron Roppongi sin cesar, observando la vista desde enormes rascacielos y torres turísticas, incluso se permitieron interrumpir lo que parecía ser una boda en el distrito de Harajuku.

Azul [Gojo Satoru X Suguru Geto] [SatoSugu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora