CamilaHabía llegado a la fiesta de Matías desde hacía unos minutos. Habían tenido la amabilidad de buscarme y traerme con ellos. Leah estaba muy emocionada porque hoy iba a presentarse como novia oficial del cobrizo frente a todos sus amigos. Estaba de los nervios.
- Deja tranquilo al vestido, no tiene la culpa de que tus nervios están teniendo un colapso. - me miró con esos ojos ansiosos, mientras se mordía un labio.
Leah soltó la orilla de la tela del vestido de verano que traía y caminó hasta mí, dando dos pasos cortos.
- Ya lo sé, pero es que no puedo evitarlo. - La comprendía. Esos nervios eran como el potro salvaje: difíciles de domar. - Joder, Cam, ¡ahí viene!
Mis ojos viajaron hacia el chico que caminaba hacia nuestra dirección con una sonrisa enamorada enmarcada en su rostro. Matías traía una camisa playera de flores de colores y un short de mezclilla corto, encima de sus rodillas. Se veía muy bien y eso mi amiga lo notaba, ya que se lo estaba comiendo con la mirada.
- Joder, que culo. - no aguanté más y solté mi carcajada al aire. Matías llegó hasta nosotras y su mirada pasó de su novia hacia mí, seguro preguntándose qué me habría causado tanta gracia.
- Hola, amor. - llegó hasta la rubia y depositó un beso en su frente y luego otro sobre sus labios. Leah se derritió en sus brazos como un helado al Sol.
Los miré mitad emocionada, mitad incómoda. Me sentía como si estuviera viendo algo inapropiado. Me aclaro la garganta llamando la atención de ambos tórtolos.
- Hola a ti también. - Matías asintió apenado y luego me pidió prestada a mi amiga por unos minutos. Observé cómo se perdían por el jardín.
Me acerqué a la mesa de bebidas junto a otra donde habían bocadillos. Mis ojos viajaron a una bandeja de brownies y corrí hacia otro lado con mi bebida de arándanos en manos. No quería otra experiencia con brownies nunca más.
Me recosté al tronco de uno de los árboles del jardín que brindaba más sombra que cualquier otro y, comencé a beber de mi jugo. Habían estudiantes de tercero pero también habían de segundo y primero, supongo que todos amigos del cobrizo.
El jardín era amplio, frente a la casa de dos pisos de color blanco con marcos en negros, había una barbacoa debajo de dos árboles al otro lado del jardín donde estaban dos chicos encargándose de la comida. Habían sillas dispuestas en forma estratégica para formar espacios para sentarse frente a una mesa de más de diez puestos. Las mesas de bocadillos y bebidas estaban junto a mí.
- Creo que ese short me está retando. - di un respingo volteando mi rostro.
La sonrisa de satisfacción de Dareen al ver mi sorpresa me dio un vuelco al estómago. Lucía un traje elegante y su pelo estaba desordenado, luciendolo tan sexy como siempre.
- Hart. - me llevé una mano al pecho, posandola sobre mi pecho. Sus ojos viajaron al lugar de mi mano y luego me miró con cierto brillo malicioso.
- ¿Te dejaron sola? - se acercó a la mesa de los bocadillos, tomó una croqueta y se la llevó a su boca. Su mandíbula se marcó con peligro mientras masticaba; se saboreó los dedos mirándome con una sonrisita traviesa.
- N-no yo...- mierda, cálmate.
Se veía demasiado caliente con la camisa negra abierta en los tres primeros botones, salida del pantalón y torcida hasta sus codos. Se veía tan provocativo con los labios húmedos y rojos.
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Cuando te tenga (II) [Borrador]
Teen FictionDespués de su primer año universitario, Camila decide alejarse de todo lo relacionado con su pasado. Dolida y destrozada por todo lo sucedido en este tiempo, acepta que el amor no es lo de ella y que se ha cansado de buscarlo. Mantener su carrera es...