[Capítulo 23]

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Camila

Entro al salón justo unos minutos después  que los demás estudiantes. Mara está sentada en una de las mesas superiores haciéndome una seña con la mano para que me acerque.

—¿Qué tal el finde? —tenía su pelo rojo chillón trenzado en muchas pequeñas trenzas y una delineado largo enmarcando sus profundos ojos negros.

—Hola, todo bien. —tomé asiento justo cuando la profesora saludaba y escribía en el pizarrón. —¿Y qué tal el tuyo? ¿Cómo te fue en casa de Fabián?

Sus ojos brillaron y sus mejillas se ruborizaron. Dibujó una sonrisa traviesa mientras se llevaba la goma del lápiz a los labios.

—Digamos que... Interesante. —Fruncí mis ojos fijándome en como desviaba la mirada. Mmm.


—Vaya, nunca pensé ver a Mara Queen sonrojarse y apenarse por un pensamiento. —la pinché, haciendo que se tornara aún más roja —¿Qué es eso turbio que está maquinando tu cerebrito?

La pelirroja abrió los ojos acercándose más a mi. Se acomodó en la silla mientras se aclaraba la garganta.

—Digamos que tienes una amiga que fue a ver a sus suegros por primera vez —empezó diciendo, con una voz de susurro—, todo fue perfecto. Hasta que cogen a tu amiga follandose a su hijo en plena cena de presentación.

Abrí los ojos y la boca a la par. Mi carcajada resonó por todo el salón haciendo callar a medio salón y a la mismísima profesora. Mara me dió una patada, con los ojos más abiertos que un búho y con su rojo cruzando el tono escarlata. Me callé cuando la profesora se paró a mi lado con rostro acusatorio.

—Señorita Morgan, ¿quiere compartir el chiste? Así todos lo disfrutamos como usted. —tragué grueso. Había metido la pata. —Queremos saber que es más importante que Jane Austen.

—Lo siento, señora Parth. No era mi intensión interrumpir su clase. — Por Dios. ¿Por qué siempre me metías en estos líos?

La señora Parth me miró con sus ojos fruncidos y luego miró a mi amiga con la misma tónica.

—Quiero un informe de veinte páginas sobre una de las obras de Jane Austen para la próxima semana, de cada una de ustedes. Nada de repetir tema entre las dos. — dio media vuelta, volviendo al pizarrón, donde tenía anotados los diferentes temas abordados en la clase —Quiero originalidad por parte de ustedes señoritas, de eso dependerá que no las suspenda por interrumpir y llegar tarde a mi clase. 

Siguió con su clase mientras yo y Mara nos aguantábamoss la risa. Nos habíamos pasado las dos horas siguientes cuchicheando entre las dos.

—¿Cómo es posible algo así? Por Dios Mara. —íbamos riéndonos por los pasillos, Mara solo negaba divertida y apenada mientras yo me imaginaba y me avergonzaba por lo que había pasado.

—Ni me lo recuerdes, que vergüenza ver al padre de Fabián viéndome desnuda. Qué horror. —se cubrió el rostro mientras yo me reía.

En la risa y el despiste, no nos dimos cuenta que íbamos en el mismo camino que un chico y termino impactandome contra él.

—Ups, perdón. — me tomó de la cintura evitando que cayera. Levanté la vista fijándome en sus ojos negros y su pelo castaño, un poco familiares. —¿Camila?

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⏰ Última actualización: Mar 20 ⏰

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