[Capítulo 15]

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Camila

Despertarme porque había un ruido horrible al otro lado de la puerta es demasiado para mi cabeza. Me senté en la cama frotándome los ojos. Aún había luz así que había logrado dormir unas horas.

Salí de la cama escuchando voces al otro lado de la puerta. Queso ladraba y la cabeza me palpitaba cada vez.

— Creo que es mejor que vuelvas en otro momento, Camila no está en condiciones ahora mismo. — la voz de Leah llegó a mi cuando abrí la puerta de la habitación.

— ¿Qué está...?

Me detuve de continuar hablando cuando los vi a los tres allí, en medio de mi pequeño saloncito discutiendo.

— Cam, ¿estás mejor? — Leah llegó hasta donde yo y me tocó la frente — Creo que tenías fiebre hace una hora pero estabas tan dormida que no quise despertarte.

Miré la cara sangrante de Dareen y el corazón me dio un vuelco. Sus ojos estaban preocupados mirando mi cuerpo y mi rostro.

— Si, yo... me encuentro mejor, gracias. — le sonreí de labios cerrados la rubia.

— No queríamos despertarte pero ha llegado el monumento — señaló, en un susurro con la cabeza hacia Dareen, con mirada particular — y no quería marcharse.

Asentí mientras salía totalmente de mi habitación y cerraba la puerta. Queso corrió hacia Hart y empezó a saludarlo moviendo alegremente la cola.

— Camila yo solo quería hablar contigo. — su voz está extraña, diferente. Sus ojos estaban rojos, más allá de la sangre seca en su ceja y parte de su ojo derecho. — No quería despertarte. ¿Podemos hablar? Por favor.

Apreté mi corazón con una mano y con la cabeza fría asentí. No lo iba a perdonar, pero si no lo dejaba aclararse sabía que seguiría insistiendo hasta volverme a explotar la cabeza y era lo último que me apetecía.

— Pueden dejarnos a solas, por favor. — miré a mis amigos y estos me miraron sin saber si hacerlo o no; aunque sabiendo que me vieron en un estado totalmente vergonzoso y preocupante esta mañana, supongo que yo también dudaría si dejárme sola o no con el que suponen es el culpable de que esté como estoy. — Estaré buen. Solo serán cinco minutos.

Leah asintió abrazándome.

— Si sucede algo grita, estaremos al otro lado de esa puerta. — asentí y luego se fueron hacia la salida. No sin antes Leah mirar de forma amenazante a Hart.

Cerraron la puerta dejándome sola con el causante de que mi estado emocional cuelgue de un hilo. Me senté en el sofá con los brazos cruzados, abrazándome a mi misma.

Dareen se quedó en silencio mirándome por unos segundos demasiados incómodos para mi.

— Yo... Yo quiero pedirte una disculpa. — dijo sentándose frente a mi. Su rostro estaba entristecido y desesperado — Yo se que no te merezco, que te he hecho daño muchas veces y que no tienes que déjeme expresarme. Pero agradezco que me dejes hacerlo.

Asentí esperando a que prosiguiera, me miró en silencio y luego continuó al ver que seguía en silencio.

— Lo de Vitoria sucedió a última hora, no te lo dije porque no quería perderte otra vez. — miró su regazo con rostro derrotado, se aclaró la garganta y siguió —: Pero ya que lo sabes desearía que me perdonaras y pudiéramos seguir siendo amigos.

Cuando te tenga (II) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora