[Capítulo 16]

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Camila

Tomo una temblorosa bocanada de aire mientras me quedo mirando la puerta por donde ha salido él hace una media hora. Su olor aún estaba flotando en el saloncito ahogando mi pecho. Llevaba media hora sentada aquí, en la misma posición, desde que se había ido con la mirada perdida en la madera.

Leah había vuelto nada más Dareen marcharse en su auto murmurando profanidades y maldiciones. Matías se había tenido que ir así que solo estábamos las dos solas.

Queso no se había apartado de mi lado, tenía su cabeza sobre mis pies cubiertos por unas medias de Bob Esponja en color rosa y de vez en cuando levantaba su cabeza para mirarme y gemir para llamar mi atención.

— Toma, tienes que beber agua, hoy no te he visto hacerlo después del almuerzo. — Leah me dio un vaso de cristal mediado de agua.

Lo acepté sin decir nada. No creía que pudiera decir algo en voz alta por ahora. La imagen del rostro manchado de rojo de Hart llegó a mi mente haciéndome pensar en qué había estado metido antes de llegar aquí.

Sus palabras resonaban en mi cabeza como taladros que abrían con fuerza mi dolor. Solo quería ser mi amigo, solo eso y nada más.

— ¿Quieres venir conmigo al taller de fotografía? — no me había dado cuenta que la rubia estaba de pie frente a mi con su bolso, lista para irse.

Negué con la cabeza y ella solo se quedó en silencio unos segundos antes de volver a dirigirme la palabra.

— Bien, como quieras. Tengo que irme, si no, no te dejaría sola. — volví a asentir mirando como abría la puerta y luego salía — Bye, Cam.

Luego de que Leah se marchara estuve otras dos horas tirada compadeciéndome de mí misma allí mismo en el sofá. Suena horrible y patético pero es que no sabría explicar cómo mi cuerpo se sentía entumecido y escaso de fuerzas.

Me obligué a mí misma a cambiarme para ir al trabajo, llevaba sin ir varios días y Luisa no sería tan gentil como para darme otros días más, eso sería abusar de nuestra amistad.

Me di una ducha tórrida para que mis huesos dejaran de sentirse helados y luego salí en busca de mi ropa. Me cambié y me recogí el pelo en una coleta sencilla y me marché hacia el restaurante.

Luca estaba tras la barra preparando bebidas así que entré en silencio y me cambié.

∆—∆—∆

El turno estaba pasando muy lento y horroroso. Aunque por un lado positivo me estaba olvidando por unas horas del rostro hermoso e hiriente de Dareen.

En el desfile de la prestigiosa marca Fashion'Blue se dieron a conocer muy bellos trajes y ¿qué decir de las noticias reveladas? Todo una bomba ese desfile — el volumen del televisor de pared al otro lado del restaurante no era tan bajo como acostumbraba ser, así que captó la atención de varios clientes y por supuesto, la mía —. Nada más y nada menos que la noticia de que el hijo de los empresarios Hart se casa.

Tragué saliva mientras tomaba el control del televisor y bajaba el volumen. Suficiente tenía con haber estado allí presente como para que estuviera viéndolo otra vez por una pantalla.

— ¿Les pongo algo? — pregunté anotando el número de mesa en mi tarjeta de pedidos.

Habían entrado hace solo unos minutos así que esperaba que ya tuvieran su orden lista. Mi turno acababa en media hora y quería irme a dormir.

— Oh, ¿Camila? Qué bueno verte otra vez — levanté la vista de golpe del papel y la clave en su rostro perfecto y bien hidratado por cremas.

— Victoria. — susurré girando el rostro hacia el chico a su lado. El corazón se me quiso salir del pecho al verlo ahí sentado mirándome con el rostro marcado por la impotencia.

Cuando te tenga (II) [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora