"Capitulo 7"

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Narra: Anggela.
Una semana después.

Y como de costumbre luego de un largo entrenamiento y una ducha con agua tibia me dirijo hacia el comedor.

Entro a un edificio de tres plantas que se encuentra entre el edificio administrativo y un enorme patio con mesas de picnic.

>>Pues si señores, ya me ubico mejor y todo gracias a Carol.<<

Camino tranquilamente por los pasillos hasta llegar casi al final del lugar, topandome con una enorme puerta doble.

A paso relajado y con el menton en alto ingreso al comedor repleto de soldados.

La estructura es inmensa lo cual aún me sorprende, calculo que en este lugar podrían caber fácilmente miles de soldados.

Algunos se giran en mi dirección, mientras camino rumbo al mostrador por mi comida, siento muchas miradas en mi espalda y los soldados con los que me cruzo se detienen unos segundos para observar me.

¡INCOMODO!

Capto una que otra sonrisa coqueta, pero las ignoro.

Llegó hasta donde sirven el almuerzo y me inclino un poco para observar los alimentos a través del cristal.

- Bienvenida al comedor, he oído que alguien nueva entro al grupo, supongo que ese eres tu, tu carita no me es conocida, Soy Carmen, auxiliar de cocina. - Me saluda unos 45 años le calculo, regordeta con una linda sonrisa.

- Un placer Carmen y está en lo correcto, de hecho tengo más de una semana aquí, soy Anggela Di'Santi. - Le devuelvo la sonrisa.

Le saco conversación mientras que ella pone en un plato la comida que escogí, tomo la bandeja y le agradezco y me alejo del mostrador para buscar un lugar en el que pueda comer tranquila.

La mayoría de las mesas están ocupadas pero al fondo si logro ver una mesa vacía, así que sin pensarlo mucho me dirijo allí.

Muchos me observan con intriga, algunos me invitan a sentarme en su mesa con una gran sonrisa, pero sin soltar palabra y con un simple gesto de cabeza rechazo su oferta.

Llegó a la mesa vacía, tomo asiento y sin más comienzo a ingerir mis sagrados alimentos.

- Hola linda. - ¡Lo que me faltaba!, que un idiota se me acerque.

- ¿Que quieres? - Sigo comiendo sin levantar la mirada.

Con el tiempo he aprendido que ser educada con los degenerados no sirve de nada, cuando estaba en las duchas alguien me tomo algunas fotos, no me di cuenta a tiempo y termino escapando, tengo que reportarle eso a los superiores.

- Tranquila niña. -

¿Cómo dijo?, ¿Niña?

Confirmado, es gay.

- ¿Eres gay? - La curiosidad mató al gato, pero al menos este murió sabiendo.

- Jajaja, me sorprende lo directa que eres amor, ¡Me encantas!, seremos más comadres del chisme. - Definitivamente encontré a mi media naranja. - Mucho gusto soy Javier. - Es un chico muy lindo, rubio, de ojos azules y con una encantadora sonrisa juguetona.

- Soy Anggela, encan... - No termino la frase ya que una tercera voz nos interrumpe.

- Hola preciosura, un gusto soy Xander. - Su presencia me genera incomodidad, algo en el no me genera confianza.

- Largo de aquí Xander, tu presencia no es requerida. - Javier está tenso y a la defensiva, no es buena señal.

- Cállate come vergas, ¿No deberías estar buscando una polla para llenar tu agujero? - pregunta con evidente burla.

- No te pongas celoso, si quieres probarme solo debes decirlo, no me tomara tiempo rechazar te, aunque si tú paquete tiene el tamaño de tu estupidez puede que lo piense. - Es mi idolo, ya lo amo.

- ¡Maldito puto!, ya quisieras tu. -

- Podré ser puto pero no con tan malos gustos. - Ya a estas alturas no puedo retener la risa.

- Tu presencia aquí es de muy mal gusto, este es un lugar para hombres, no para maricas, eres una vergüenza para nuestro género. - Ya se me quito el apetito.

- Estás muy equivocado, vergüenza da tu falta de amor propio, tan así que necesitas insultar y denigrar a un homosexual para sentirte mejor contigo mismo.- Las palabras salieron de mi boca con tanta naturalidad que me fue imposible retenerlas.

La sinceridad es como una silla incomoda, sobre la cual pocos están dispuestos a sentarse.

A las personas como estás hay que hablarles de frente, con sinceridad y darles un choque de realidad.

Odio a esta clase de personas, que para sentir satisfacción tengan que denigrar a otros por el simple hecho de ser tal y como son.

Antes de que el tal Xander pudiera seguir diciendo estupideces, lo interrumpe la voz del Coronel James en los altavoces. - Se requiere la presencia de los Novatos en el subterráneo del ala oeste para el entrenamiento de las 13: 30 pm. -

Ignoramos la presencia del ser desagradable y nos levantamos de las sillas al igual que el resto de los novatos que habitan el comedor.

Salimos del comedor y nos fuimos formados hacia el ala oeste.

En todo el camino mi estómago reclamaba alimentos y el malestar llegaba a ser insoportable.

***

- ¡Más rapidez novata! - Me ordena el Capitán Liam, nuestro entrenador temporal.

Según tengo entendido los superiores se van a turneal para capacitarnos, en toda la semana hemos estado pasando por pruebas psicológicas, hackeó, infiltración, idiomas, primeros auxilios y en todas las he pasado con éxito, solamente nos faltan las pruebas físicas y ya están prontas acercarse por esa razón han estado intencificando el entrenamiento.

- ¡Eso es!, ¡Descanso! - Dejo de golpear la pera, me quito los guantes y voy por un poco de agua y una toalla.- Eres rápida, tienes un buen puño, puedes llegar a ser mucho mejor de lo que ya eres, claro si te lo propones. -

No sé cómo le hace para verse tan perfecto, parece un dios, con su uniforme completamente liso sin una arruga, en cambio yo parezco una cerdita a la braza, completamente sonrojada y a dos segundos de que me dé un ataque fulminante a mi sensible corazon que no aguantaría otra de aquellas casi imperceptible sonrisas.

- ¿Cuánto tiempo tardaré para ser la mejor? - Cuestiono con la respiración agitada.

- Eso depende de ti. - Me regala una sonrisa sincera, sin filtros, la primera que he visto en el. - La perfección es imposible, pero si aspiramos a ella podremos alcanzar la excelencia. - Sus palabras sabias calan en mi y las siento como una gran motivación.

El Capitán Liam se aleja a atender una llamada importante y yo me tomo un momento para regular mi respiración.

La puerta del lugar es abierta y mi mirada cae en ella, Mi respiración se corta ante lo que observó frente a mi..

La puerta del lugar es abierta y mi mirada cae en ella, Mi respiración se corta ante lo que observó frente a mi

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Renacer. [+21]    LIBRO¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora