Renacer. [+21] LIBRO¹

"Capitulo 10"

Maratón 1/2
Narra: Benjamín.

Ver a Anggela en persona es mil veces mejor de como la describieron mis hermanos por llamada telefónica.

Su belleza es simplemente de otro mundo.

Tan hermosa y tierna, pero tan tenaz y letal a la vez.

Tan delicada como una flor exótica, pero tan feroz como una leona enjaulada.

El verla en acción me dejó fascinado, el como enfrentó con seguridad a una persona que le doblaba en tamaño y contestara fue simplemente hermoso y perfecto, cada golpe era certero, cada movimiento era perfectamente calculado y el ver a su contrincante en la lona, solo me demuestra lo capaz que puede llegar a ser.

Es alguien a quien podría admirar durante largas horas sin cansarme.

El tan solo observarla despertó algo en mi que nunca había sentido por nadie.

Me consideran un hombre sin sentimientos, implacable, muchos no soportan mi carácter y por esta razón mi círculo de amistades es bastante reducido, por esto me es muy extraño sentir este peculiar cosquilleo en mi pecho.

¿Cómo será escucharla gemir?

Me gustaría ver su cara mientras la penetro en cuatro y dejando su piel blanca de porcelana roja de tantos azotes, besarla tocarla y sentir su calor en mis brazos, hacerla mía, una y mil veces, ser su hombre y no querer que nadie la toque o la mire.

Pequeño ángel... Caiste en las manos equivocadas.

Porque este demonio siempre obtiene lo que se propone a conseguir.

Narra: Anggela.

- Simplemente Sorprendente. - Doy media vuelta en mi eje y observó a un hombre caminar a mi dirección a paso decidido, mientras da palmadas efusivamente. - No esperaba menos de una Di'Santi. - Posee un cuerpo atlético, muy trabajado, una mirada dura, lo único que delata su avanzada edad son unas pequeñas arrugas casi imperceptibles alrededor de sus ojos.

¿Quien es el?

- ¡Fin del entrenamiento! - Alza la voz el Capitan Liam. - ¡Pueden ir a cenar novatos! - Se que se refiere a todos menos a mi.

Todos los novatos dieron media vuelta y tomaron rumbo al comedor.

Cuando los novatos no estaban a la vista, los ocho pares de ojos se posan en mi.

- Es un gusto verte de nuevo Anggela. - Le observó fijamente tratando de recordar si le e visto antes, pero en ninguno de mis recuerdos aparece el.

- Disculpe pero no sé quién es, no le recuerdo. - Le digo con las mejillas calientes por el reciente esfuerzo físico.

- Soy el Comandante de la F.A.M.E.U, Julián Miller. - Me sonríe amable. - y era de esperarse que no me recordarás, eras apenas una bebé cuando te conocí, fui como un hermano para tu padre, lamento tu perdida.

- Un gusto y créame que yo lo lamento más. - Le digo con melancólia.

- ¿Que haces acá pequeña Anggela? - Me pregunta. - Cuando leí tu solicitud en mi no cabía la sorpresa, no podía creer que eras tú. -

Desde que inicie la conversación con el Comandante el resto de los superiores se han mantenido al margen, aparentemente le rien mucho respeto.

>> Pues claro estúpida, es su padre.<<

- Quise seguir el mismo camino que mi padre. - Le respondo simplemente sin dar detalles.

- ¿Vienes desde Canadá solo a ejercer como militar? - Asiento. - Interesante... Fue un gusto verte nuevamente Anggela, me alegra mucho que sigas siendo la misma niña hermosa y tierna que conocí. - Me dice sonriente.