"Capitulo 9"

654 41 1
                                    

Narra: Oliver.
Fecha: 19 de Septiembre.

Me siento agotado y el puto dolor de cabeza no lo aguanto.

Me encuentro en la sala de operaciones estrategicas con el resto de mis hermanos esperando la llegada de la nueva recluta.

Luego de unos minutos se oyen unos toques en la puerta.

- Pasé.- Oigo decir a James.

En realidad no estoy prestando atención a nada a mi alrededor, hasta que oigo la puerta ser cerrada.

La curiosidad me gano y decidí voltear mi cara a verla, se encuentra distraída observando todo a su alrededor, desde el ángulo en el que se encuentra no logro ver su rostro, pero puedo deducir que es una chica muy baja, nunca había visto unas curvas tan pronunciadas y tan perfectas, todo en ella encaja a la perfección, ¡Madre mía!... Que buen culo tiene, gordo y respingon.

¡Jodida diosa!

Henry carraspea llamando su atención, haciendo que voltee su rostro a nuestra dirección, su caminar es firme, en todo momento mantiene su menton en alto.

Evito que se me escape un jadeo, cuando su mirada se posa en mi por unos segundos y esa simple acción hace que una cascada de emociones me invada, hace que me sienta tan transparente y tan expuesto, el tan solo detallarla hace que mi corazón quiera salir de mi caja torácica... Es tan hermosa.

¡Joder!

Frente a nosotros se encuentra la mujer más hermosamente letal que he visto en mi vida.

Cabello platinado hasta la cintura, piel exageradamente blanca, angelical rostro con facciones finas y delicadas, labios carnosos y apetecibles, mejillas con un sonrojo lindo y natural, nariz pequeña y respingada con algunas pecas esparcidas en ella... Sus ojos, ¡Wow!, tiene un ojos azul electrico y el otro de un azul muy opaco, es tan perfecta sin necesidad de maquillaje.

A pesar de su apariencia angelical, su mirada refleja peligro, se ve tan linda e inocente, pero estoy seguro de que no dudaría en saltar y atacar ante la más mínima amenaza.

Y lo confirme.

Su carácter, su tenacidad, la manera en que enfrentó a Herny, la seguridad que desprende por cada uno de sus poros, me encanta, me fascina todo en ella a primera vista.

Presiento que su llegada va a ser un tanto interesante.

***

Al día siguiente.
En el campo de entrenamiento.

No entiendo el magnetismo que desprende, llamando y obligando a las personas a qué la observen.

La mayoría de los novatos tienen su atención puesta en ella y no creo que se deba a que sea nueva, que yo sea parte de ese grupo no me molesta, me llena de furia el que otros tengan la misma necesidad de mirarla.

- Fin del descanso. - Brama Liam con su típica indiferencia.

- ¡Formes! - Gruñe James poniendo a todos alerta.

- Haremos una prueba de velocidad y resistencia. - Cómica Henry, <<Algo se trae entre manos.>> - Y como todo caballero que soy, le daremos prioridad a nuestra nueva recluta, de un paso al frente. - Dice sarcástico.

<<Maldito, me lo presentía.>>

- Aceptaré cualquier mandato que me sea impuesto, mi Capitán. - Habla con seguridad y altivez.

<<No sé si estar más asombrado o más obsesionado.>>

- ¿Estás lista? - Le pregunta Williams, con toda su atención puesta en ella, midiendo cada paso que da.

- Si mi Coronel. -

Le señala la pista de obstáculos y la guía hasta la línea de partida.

Intento ignorar la necesidad de detallarla, pero me es imposible, su mirada, su caminar, el movimiento de sus caderas me ignotizan.

- Es necesario saber que condición física posees para determinar en que nivel de entrenamiento estás, así que demuestra en cuanto logras completar las 10 vueltas obligatorias del circuito. - Le comenta James con el cronómetro en mano y en modo seri, algo común en el desde hace algunos años atrás.

- Está prueba es asignada para un soldado Razo, le recuerdo debe hacerlo en el menor tiempo posible muy espero pueda completarlo, en dado caso no seas así, solo debe detenerce. - Le sugiero, ciertamente dudo que pueda completar el circuito en el primer intento, mi voz sale un poco más ronca de lo normal y aparentemente eso causa un efecto en ella, su mirada queda fija en mis labios y eso me hace sonreír.

Desvía la mirada e intenta ocultar un sonrojo furioso que se adueña de sus mejillas.

¡Que tierna!

- En caso de no cumplir con la meta impuesta obtendrás un castigo por tu incompetencia. - Le informa mi mellizo con su ya habitual rostro imperturbable.

La miro de reojo ante la mención del castigo, pero ninguna expresión de alarma aparece en su rostro.

Interesante, o es muy confiada pera tener la certeza de que no recibirá un castigo o sane muy bien como controlar sus emociones y expresiones.

- ¿Entendido? - Me pregunta Liam.

- Si mi Capitan. - Asiente.

- Ponte en posición. - Le ordena este.

Acata su orden con la mirada fija en el primer obstáculo.

Un soldado promedio no logra completar las 10 vueltas a la primera y si lo logra es un milagro y con un tiempo fatal.

Observó a mi mellizo y se que se debe sentir feliz y satisfecho, debe estar cómodo y preparando para verla fallar.

La observó, su pecho se eleva cuando respira hondo y con velocidad.

- ¡Ahora! - Exclama Liam y emma se miviliza de inmediato.

Sin duda alguna corre por la plataforma y de lanza al pasa manos sin vacilar, mediante comienza a recorrerlo me preparo para ver si caída o a detenerse a descansar, pero ninguna de las dos ocurre, logra pasar el primer obstáculo e inmediatamente va por el segundo, sube y baja obstáculos, brinca, corre, gatea, pasa por pequeños agujeros y no se detiene, sigue corriendo hasta completar una vuelta y así sucesivamente, me doy cuenta que mediante de acerca la última vuelta aumenta la velocidad y en cuestión de unos segundos Anggela se detiene con la respiración agitada por el esfuerzo realizado.

Después de recuperar el aliento, camina y se posa frente a nosotros.

- Orden cumplida. - Los jadeos de sorpresa no se hacen esperar y no es para menos.

Aprieto la mandíbula para no dejarla caer e inmediatamente todos llevamos la vista al cronómetro: Cinco minutos con 55 segundos.

Frunzo en ceño, confundido y sorprendido, vuelvo la vista a la mujer que se encuentra frente a nosotros y la regreso al cronómetro intentando de creer en lo ocurrido.

Observó a mis hermanos y están igual o más desconcertados que yo.

¡Joder!

¿En serio una chica que no creció dentro del ejército acaba de marcar un récord?

¡Lo veo y no lo creó!

¡Joder!

¡Joder!

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Renacer. [+21]    LIBRO¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora