Capítulo 21: Casa Graymoon.

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Advertencia de capítulo: Lenguaje sexista y menciones de abuso de menores no explicito. Tengan en cuenta el contexto de la época en la que se basa la historia y el tipo de mentalidad machista que se tenía.




Capítulo 21: Casa Graymoon.




Para Lewis Graymoon noches frías como estas empezaban a convertirse en una rutina aceptable, incluso bienvenida. Noches como estas son lo más cercano a la paz que puede llegar a aspirar. Noches como estas calman los dolores de su cabeza, el estrés en los parpados arrugados, la dolorida espalda. Noches como estas... en las que se puede sentar en su oficina, con la chimenea acariciando con sus brazas iluminadas las paredes, y con las puertas del balcón abiertas para vigilar los límites de los jardines más afuera, mientras busca justificar sus falencias. Son en noches como estas, tan opuestas a aquella tranquila oscuridad de pleno verano en la que los mechones rojos de ese pequeño cuerpecito desaparecieron entre capas de oscuridad, en las que se convence de que debe seguir adelante, sin importar las consecuencias aun resonantes.

El eco de estas aun recorre las paredes de la mansión, de los pasillos hasta los jardines, corren más allá del rejado, por ciudades y campos, y vuelven más brutales directamente a sus cráneos. Gritan en silencio. Paralizante.

El té ya está frio.

Lewis lo bebe de todas formas. No quiere llamar a nadie del servicio para que lo reemplace, y solo dejarlo ahí y no beberlo se siente berrinchudo de su parte. Un alfa no se deberá permitir jamás flaquear, mucho menos uno de tan alto estatus como él. Él lo traga, porque 'beber' significa disguste, placer, un completo opuesto a lo que él hace, que es solo empujarlo hacia abajo hasta que no quede nada. Lewis deja la taza.

Su esposa no lo recibirá esta noche, hace muchas noches, tantas que es difícil contarlas, que no lo recibe. No es que sea necesario. En los matrimonios concertados, como lo fue el suyo, la regla general es que los dos socios compartan cama únicamente con fines de engendrar herederos. El placer, ya sea del acto en sí, o de la simple satisfacción de tener a tu pareja cerca, es menos que relevante. Muchos viven vidas completamente separadas, solo viéndose durante sus rutinas y celos. Ha escuchado historias de alfas que una vez que han tenido a sus herederos ni siquiera se vuelven a interesar en sus omegas, dejándoles solos en su agonía inducida por el calor. Verdaderamente bárbaro.

Lewis se encuentra en la primera de esas realidades, solo reuniéndose con su esposa omega cada cuatro meses durante tres noches, después de eso su presencia no es bien recibida. Su omega lo reciente.

Pero hubo un tiempo en el que Olga y él fueron unidos, íntimos, incluso, orgullosamente, felices. Esos días quedaban cada vez más atrás, con la esperanza de volverlos a ver cada vez más desalentadora.

No desea pensar en las razones, siempre es la misma, pero inevitablemente siempre vuelve a este, a ella: Venus.

Esa noche hace ocho años ya.

La actitud de Venus estaba llegando a limites impermisibles para una familia noble tan relevante como la suya, alfas y omegas pura sangre. El escándalo que formaba la niña debido a la presencia de Neal era simplemente ridículo. Intentaron razonar con ella, convencerla de que nada cambiaria con Neal ahí, incluso debía verlo como algo bueno, estaban expandiendo a la familia. La cuna menor de Neal no era relevante para ellos, y al pueblo le encanto la idea de la adopción de un simple plebeyo por parte de la nobleza. Pero para Venus era el linaje inferior era lo mismo que el lodo pútrido de las cañerías.

La villana es una narcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora