Capítulo 24: Mafia italiana pt. 2.

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Capítulo 24: Mafia italiana pt. 2.




Es primavera otra vez.

Para Dio el cambio de estaciones fue perdiendo significado con el tiempo. Cuando era un joven alfa las ambiciones de su padre le llenaban la cabeza, Dio esperaba el cambio con cada año. Siempre era 'Este año esto cambiara', 'Esta vez mejoraremos', 'Lograremos más'. Después se establecieron, su familia murió y Dio era un adulto, cambio a 'Expandiré mi territorio', 'Honrare a mi familia', 'Tendré un legado prodigioso'. Su pareja paso por varios abortos antes de fallecer. Dio era más viejo, y no sabía para qué hacia lo que hacía. Ya no hubo propósitos nuevos, solo era seguir, seguir, mantenerse en pie, no perder la dignidad. Dio veía el calendario cambiar y pensaba que solo era una acumulación de números, cada día uno más. Y Venus llego. Por primera vez en mucho tiempo, Dio tenía algo que esperar. Era '¿Qué hará Venus esta vez?', '¿A dónde habrá llegado el próximo año?, '¿Cómo cambiará todo la próxima vez?', ¿Cuánto lograre verla crecer?'.

El aprecio en Dio por la primavera se renovó.

Se paro en la terraza, disfrutando de los últimos rayos de sol con una copa de bourbon con unas rodajas de limón y hielo. Uno de sus perros se presionó contra su pierna buena, esperando que le rascara la cabeza. Dio apreciaba el cuidado y la lealtad de sus bestias, por lo que la complació con una sonrisa. La brisa era agradable.

Sus perros son los primeros en sentirlo. Un ligero tic en las orejas. Pero no atacan.

"Siempre fuiste de los que miman demasiado, Dio" la voz a su costado se materializo de las mismas sobras. Dio ni siquiera lo noto, pero claro, nunca lo hacía.

Se giro para poder tener una charla más cómoda, dándole la bienvenida a su invitado "Mi madre, que Dios tenga en su gloria, siempre me dijo que en el fondo tengo un corazón de oro"

"Las madres y su amor incondicional por sus hijos. La mía decía que era como un ángel. Agradezco que nunca me conoció así"

"¿Como un asesino?"

"Como tu perro" De Sica se paró en paralelo junto a Dio, siempre con un espacio respetuoso entre los dos. Siempre fueron cinco pasos de distancia entre los dos. La misma distancia a la que Dio amaestro a sus perros para que lo siguieran. Dio se sintió sonreír.

"¿Cómo está Venus?" De Sica se burló.

"Oculta. La pequeña omega borro por completo su rastro. La casa en la que la vi por primera y última vez, ahora está habitada por una familia de jodidos inmigrantes escoceses" ambos alfas sonrieron por el ridículo.

"Si la vuelves a encontrar, ¿la mataras como te lo pidieron?" Dio pregunta. De Sica lo mira con una expresión cerrada y el ceño fruncido.

"Por supuesto que lo sabías" gruñe hueco. Dio sonríe una vez más. Toma un trago de su bebida para refrescarse la garganta.

"Hay muy poco que no sepa sobre el interior de mi organización. Y Venus se ha encargado de que esa cantidad sea aún más pequeña" él y Venus ya sabían que pasaría esto. Que Dio intervenga es más contraproducente que no hacerlo. Venus tiene que demostrar un punto aquí, que ella es más que capaz.

De Sica lo considera "¿Te dijo que ya intenté matarla?"

"De Sica..." Dio niega suavemente "No es tu culpa. Eres un perro protegiendo a su amo. Traje a una completa extraña sin primero presentártela. A tus ojos es un intruso, una amenaza. Pero logro ganarse tu favor por su cuenta, ¿verdad? Es por eso que la dejaste ir en primer lugar"

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⏰ Última actualización: Mar 12 ⏰

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La villana es una narcisistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora