Capítulo 19: Venus brilla.
El reflejo molesto de las ventanas no hizo nada para aliviar en dolor de cabeza que seguía creciendo. Maldita sea. Son solo las diez de la mañana, estoy divina, pero aún así me siento como si me hubiera tragado un frasco entero de pastillas. Oh, espera, de hecho, lo hice.
"Maldito Dio, ¿Cómo se atreve?" destape el frasco una vez más y saque la ultima pastilla, tragándola en seco con resentimiento como único alivio para mi garganta. Los edificios de ladrillo pasaban a un ritmo constante y seguro fuera del vehículo negro, un Packard negro brillante de neumáticos de cara blanca, y una estatuilla de acero alada en el capo, desfilando con orgullo la riqueza de sus ocupantes.
Volví a enfurruñarme.
"Lo dices como si no estuviera aquí, justo a tu lado"
"¡No mereces mi reconocimiento! ¡Embustero!"
"¿Tú me hablas de ser embustero?" se burlo "Me pareció pensar que esto era algo bueno para ti. ¿No estás de acuerdo?"
"Por supuesto que sí. Estoy tan adentro en esto que puedo hacer eco desde tu estomago hasta la garganta. Pero no puedo creer que nunca lo sospechara. ¡Yo! Estoy tan molesta que este dolor de cabeza solo no para..." agite el frasco vacío, molesta, decidiendo tirarlo detrás del asiento. Dio me regalo una cara poco impresionada que fue lo suficientemente bueno como para calmar mi cabeza.
Uf, mi cara debió ser todo un poema allá atrás. Qué vergüenza.
Recordé las reacciones de todos cuando Dio anuncio tan remilgadamente que me convertiría en su heredera, soltando las mandíbulas de todos en una 'O' sin palabras. Incluyéndome.
Solo... ¿Cómo no lo vi venir? Soy tan talentosa, con tanto potencial y astucia asesina. Dio es un hombre sencillo en las bases, ve algo que lo beneficia y lo toma. Podría haberse retenido por los estigmas sociales y los roles de género, además de mis inexistentes raíces italianas, pero eso sería insultarme. Dio sabe de lo que soy capaz, sabe que puedo manejarlo, manejarlos. Él nunca le heredaría su imperio a alguien de quien no estuviera absolutamente seguro de que sea digno. Era tan obvio.
Mire a Dio de reojo. Los ojos oscuros del alfa estudiaban el periódico matutino (Valiente policía detiene horrorosos crímenes en la ciudad; El público está impactado) ya olvidando el drama innecesario que tanto me caracteriza. Este hombre... Este hombre es de lo pocos a los que no puedo predecir por completo. Es irritante.
En el fondo una parte pequeña de mi sabía que la razón de todo esto es porque no preví que alguien esperara tanto de mí, que deseara darme tanto. Una cosa es que Dio me convierta en una poderosa herramienta al convertirme en una de sus capos, y otra completamente diferente es que anuncie directamente que quiere cederme su lugar.
... Que molesto.
Para cuando ya me había resignado con el tema en cuestión, Dio sorprende redirigiendo la conversación: "¿Realmente confías en él?"
"¿Uh? ¿'Él'?" cuestiono. Pero Dio no se molesta en apartar la vista del periódico, aun así, parece estar esperando mi respuesta con calma "Oh, Ian" quien no debería estar muy lejos de mi "¿Qué? ¿Te preocupas por mí?" sonreí con los dientes felinos.
"Por supuesto, eres la mayor inversión de mi vida"
Bueno, eso es... Bueno, n-no te esperarías eso.
Maaaldición. No me gusta la cara de tonta que estoy haciendo.
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La villana es una narcisista
RandomYume Len, una reportera amarillista, murió después recibir un disparo. Al despertar estaba dentro del cuerpo de Venus Graymoon, la villana pelirroja que claramente estaba destinada a morir a manos del protagonista masculino. Un príncipe y futuro exp...