Capítulo 13

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zozobra (sustantivo): 1. Estado de trémula turbación o temor; también vacilación o incertidumbre. 2. Estado de confusión o desasosiego.

«Una sola palabra de él me pone en zozobra, y juro que eso no me gusta nada».

Del diccionario personal de Louis Tomlimson.

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El más apremiante deseo de Louis era evitar a Harry durante los próximos quince años, pero la suerte quiso que, justo a la mañana siguiente, tropezara con él. Por desgracia, este tropiezo lo hizo soltar nada menos que media docena de libros voluminosos, algunos de los cuales le golpearon las piernas y los pies al caer al suelo.

Él aulló de dolor, y Louis deseó aullar de vergüenza, pero se limitó a tartamudear unas cuantas disculpas y a lanzarse de rodillas sobre la alfombra a recoger los libros. Al menos así él no vería el rubor que le había subido a las mejillas en el momento en que chocaron.

—Creí que ibas a limitar a la biblioteca tu trabajo de redecoración —dijo él—. ¿Qué demonios haces con todos esos libros en el vestíbulo?

Louis levantó la cabeza y lo miró directamente a sus ojos. ¡Maldición! Si tenía que verlo esa mañana, ¿por qué tenía que ser estando él a cuatro patas en el suelo?

—No voy a redecorar nada —dijo en su tono más altivo—. Voy a llevar estos libros a mi dormitorio para leerlos.

—¿Seis? —preguntó él, dudoso.

—Soy muy buen lector.

—Eso nunca lo he dudado.

Louis frunció los labios, deseando decirle que había decidido leer para poder quedarse en su dormitorio y no tener que verlo nunca más, pero tuvo la impresión de que llevaría a una interminable discusión, y eso era lo último que deseaba.

—¿Desea alguna otra cosa, señor Styles?

Entonces se ruborizó, se ruborizó de verdad. La noche anterior él le había dejado muy claro qué deseaba.

Él agitó la mano en un amplio gesto; movimiento que Louis encontró de molesta superioridad.

—Nada. Nada en absoluto. Si quieres leer, los libros están a tu disposición. Puedes leerte toda la maldita biblioteca si te apetece. Al menos, eso te impedirá meterte en problemas.

El omega se tragó otra contestación, pero a su boca le estaba costando continuar cerrada. Apretando los libros contra el pecho, preguntó:

—¿Ya se ha levantado el marqués?

A Harry se le ensombreció la expresión.

—Se ha ido.

—¿Se ha ido?

—Sí, se ha ido —repitió él. Y como si creyera que Louis todavía no había entendido el significado de la palabra, añadió—: No está.

—¿Adónde habrá ido?

—Creía que a cualquier parte que lo alejara de nuestra compañía, pero resulta que se ha ido a Londres.

Él entreabrió los labios, horrorizado.

—Pero eso nos deja solos.

—Totalmente —convino Harry, enseñándole una hoja de papel—. ¿Quieres leer esta nota?

Asintiendo, él tomó la nota y leyó:

Styles:

He ido a Londres para poner a Moreton al tanto de nuestros planes. Me llevo la copia de la carpeta de Prewitt. Comprendo que esto te deja solo con Louis, pero sinceramente, eso no es más indecoroso que el que él esté viviendo en Seacrest Manor con ambos.

To Catch an HeirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora