Freddy
No sé por qué lo hice, pero aquí estoy, y me arrepiento mucho de haberlo hecho cuándo veo sus ojos...
—Freddy... —No alcanza a terminar cuándo ya yo estoy separándome de él.
Se fue a la mierda. Todo.
—Nesecito 10-32 en mi posición, es un atraco a badulaque y tiene un masacro, soy solo una moto —Se oye a a través de la radio.
Sin dejar de mirar a Conway que aún se mantiene estático en su lugar agarro mi radio y respondo.
—H-50 está disponible, envié 10-20.
—10-04 —Me responde él chico.
Sin decir algo más salgo de la armería y camino hasta el parking de comisaria. Noto de reojo como Conway me sigue en silencio, cuándo me monto al zeta lo espero hasta que el sube de copiloto.
Marco el lugar en el GPS y pongo en marcha el coche. El camino es en silencio, ninguno de los dos habla, y agradezco mucho que no haga ningún comentario de lo que pasó hace un rato.
—¿Que han negociado? —le pregunto al alumno después de un rato cuándo ya estamos en el atraco.
—No hemos negociado, la chica dice que quiere hablar con usted —Me señala.
Suelto un suspiro cansado y camino hacía la puerta del badulaque.
—Pero si es el policía guapo. —Al verme llegar la chica se acerca a la puerta—. Con usted quería yo hablar.
—¿Cuántos rehenes tienes? —pregunto.
—Tres, hay uno muy nervioso y no para de decirme estupideces, creo que un golpecito en la cabeza se va a llevar si sigue así.
—No, no, antes de golpearlo dígame que es lo que quiere por él y lo sacamos rápido de aquí.
—Su número —responde enseguida.
Llevo mi mirada a Conway cuándo se planta a mi lado sin decir una palabra.
—¿Mi número? —Devuelvo la vista a la chica.
—Exacto. —Se cruza de brazos—. Un rehén a cambio de su número, es fácil, hombre.
Dudo, hay que tener en cuenta que el intercambio es una puta mierda, pues si le doy mi número jamás le responderé ningún mensaje.
O puede que sí.
Ya qué, es un rehén.
—Trato hecho —Los ojos de la chican se iluminan cuándo respondo.
—Muy bien —Le hace señas a un chico para que traiga al rehén.
Conway procede a cachearlo mientras yo termino la negociación.
Al cabo de unos minutos todo está listo para comenzar la persecución. Son dos chicos, una muy insistente en salir conmigo y otro que no habló para nada y es él qué va a manejar, los dos tienen radio y estoy cien por ciento seguro de que no están solos.
—¿Manejas tú? —Le hablo por primera vez a Conway.
Él no me mira, sólo asiente y entra al zeta del lado dle piloto, dejándome el asiento libre a su lado.
Joder.
—Estoy en su frecuencia, comisario —Informa el alumno por la radio.
—10-04 —respondo.
Los dos atracadaros entra al masacro y empieza la persecución. Tengo que aceptar que lo hacen muy bien, pero Conway no es tonto, se las sabe todas y por eso terminamos agarrandolos gracias un bloqueo espectacular.
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Perfecto error
Teen FictionA veces los ojos son los únicos que siente el verdadero amor.