Perfecto error

Capítulo 28

Jack

Sigo a Gustabo hasta la sala principal, allí  él se tira al sofá como si estuviera en su casa.

—Habla, tengo cosas que hacer —Le digo sentándome en el sofá individual.

—Primero, tú no me mandas. Y segundo, lárgate, no tengo que hablar contigo. Vine a hablar con él —Señala a Freddy, quien acaba de entrar a la sala.

—Pues te jodes, me quedo aquí —Contraataco.

—¿Pueden dejar de pelear de una puta vez? Me duele la cabeza —Se queja Freddy, toma asiento en el otro sofá individual, frente a mí.

—Necesito otro consejo —Comienza a hablar Gustabo.

—¿Sobre él? —Menciona Freddy.

No entiendo cuando hablan en clave. Que gilipollas.

—Ahora que se fue... —Corta la frase y cuando ve que Freddy asiente, sigue hablando —. Está más distante conmigo, me trata seco, como si no le importara, entiendo que le haya jodido su ida, pero ¿Qué tengo que ver yo?

—Puede que se sienta mal consigo mismo, porque dejo de estar contigo para estar con ella, y ahora que ella lo dejó, se dió cuenta que eres tú el que sigue junto a él.

Cuando doy mi opinión, los dos chicos se me quedan viendo estáticos, confundidos.

—¿Qué? ¿Creen que soy tan idiota como para no entender sus palabras claves? Por algo soy...

—Superintendente, si Conway, ya lo sabemos —Gustabo termina la frase por mi, y Freddy suelta una carcajada.

—Que os jodan —Me levanto del sofá y camino hacía la cocina.

¿Freddy tendrá hambre?

Preguntarle sería muy cursi, pero ¿Y si tiene y no le hago comida? Quedaría como un mal novio.

Espera.

¿Que coño acabo de pensar?

¿Novio?

Joder. Joder. Ésto se está llendo de las manos.

Saco los ingredientes necesarios para hacer tortillas y los dejo en la encimera.

Desde acá escucho las voces y risas de ellos, y aunque me genere curiosidad, me quedo en la cocina y comienzo a preparar la comida.

Unos minutos después, Freddy entra a la cocina y cuando me ve lleno de harina suelta una carcajada.

—¿Pero qué haces, neno? —Dice entre risas.

—¿Tienes hambre?

Su mirada se cruza con la mía y odio lo mucho que me gusta.

—Un poco. ¿Qué cocinas? —Pregunta, y se acerca.

—Ya terminé, ¿Gustabo se fue?

Suelto un suspiro de alivio cuando niega con la cabeza. Hice mucho esfuerzo para no matar a las pobres tortillas, no tengo paciencia para ésto, y como se haya ido sin comer, lo iba a matar a él.

—Sigue en el sofá, ¿Se las darás tú? —pregunta, al verme dudar se acerca más a mí y coloca sus manos en mis hombros.

—¿Querrá qué se las dé yo? Tú eres mucho más cercano a él...

—Y tú eres su padre, comienza actuar como tal. Estoy seguro que eso le gustará más —Deja un corto beso en mis labios y agarra el plato con sus tortillas.

Después de segundos pensando, sirvo las bebidas y agarro los platos que flatan. Salgo d ela cocina y camino hacía donde está sentado Gustabo.

—¿Tienes hambre? —Le pregunto con voz suave cuando me detengo a su lado.

—¿Me matarás si te digo que no? —Bromea.

—Probablemente —Le sigo el juego.

Él sonríe y asiente con su cabeza. Toma el plato que le tiendo, la bebida y comienza a comer.

El tiempo pasa y cada vez entramos más en confianza, logro sacarle una que otra sonrisa a Gustabo, y eso me gusta. Quiero que se acerque a mi y me cuente sus cosas, así mismo como hace con Freddy.

—¿Conoces a permatrago? —Me pregunta Gustabo.

Freddy suelta una risilla.

—¿Lo conoces, Jack? —Insiste Freddy.

—¿Qué es permatrago? —pregunto confundido.

Los dos chicos sueltan una carcajada tan fuerte que me asusta.

—¿Qué? —Mi voz suena seria.

Ellos no dejan de reírse.

—¿Que coño es permatrago? —Vuelvo a preguntar y sus risas aumentan.

—Para Conway, deja de preguntar —dice Freddy entre risas, su rostro está rojo.

—Yo creo que es el tuyo, eh —responde Gustabo y la risa de Freddy aumenta.

Mi móvil suena de repente y es allí cuando los dos dejan de reírse, o al menos no tan fuerte.

—¿Jack? —La voz nerviosa de Castro suena a través del móvil.

—Te escucho, ¿Qué pasa? —pregunto enseguida.

—Ha vuelto, él... Ha vuelto.

Mis sentidos se encienden de repente y mi móvil cae al suelo.

No puede ser...

Ésto... No puede ser.

FIN PRIMER LIBRO