Capítulo 20

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Conway

A lo lejos puedo ver a la malla trabajando en el patrulla y su alrededor, buscando alguna razón por la que casi muero.

Suerte con eso, ni yo mismo lo sé.

Freddy está a mi lado en la ambulancia junto a Gordon, Gustabo, y como no... Noah.

Ninguno de los tres ha dicho algo diferente a "¿Estás bien?", ninguno d elos tres a intentado buscar alguna razón del porqué terminé así. Sólo Freddy, y por eso cuando los tres se acercan a hablar conmigo dirijo mi mirada al chico de ojos negros y jalo su brazo hasta que queda frente a mí.

—¿Conway? —Gustabo es el primero en hablar.

No respondo, me quedo detrás de Freddy que gracias a Dios no es tan bajo como para dejarme a la vista.

—¿Conway, está usted bien? —Esta vez habla Gordon.

—Creo que no quiere hablar —Bromea Noah. Gustabo suelta una risilla pero la borra al darse cuenta que lo estoy mirando.

—No quiero hablar ahora, con ninguno de ustedes —Suelto lo más frío que puedo.

—Jack... —Freddy intenta darse la vuelta pero con mis brazos lo mantengo en la misma posición.

Aún así, mi semblante se suaviza con sólo escucharlo decir mi nombre de esa forma.

—Queremos saber que pasó —Sale Gordon a la defensiva.

—¿De verdad? —digo irónico. Gustabo al darse cuenta por donde va la conversación entorna los ojos.

—Deja de ser tan seco y amargado, puedes por lo menos tener algo de amabilidad con las personas a las que le importas —Dice de la misma forma que yo.

—Si de verdad quieres que tenga ese tipo de actos, sólo los tendría con Freddy. Es él único que de verdad se ha preocupado por como estoy —respondo fijando mi vista en Gustabo.

—¿Él único? —Ríe sarcástico—, todo sería diferente si fueras menos egoísta y aceptaras que no eres el puto centro del mundo, y qué todos tenemos puntos más importantes que tú.

Lo dijo de forma tan fria que me dejó sin palabras. Gustabo se da la vuelta y sale de mi camino, Noah y Gordon le siguen sin decir algo más.

Estoy en shock, no sólo por como respondió, si no también por lo qué dijo. Merezco eso y mucho más, pero aún así me duele el hecho de saber que no soy alguien importante para él, que no soy ni siquiera una persona a la que le importa de verdad.

Que no me ve como su padre...

¥

Gustabo

¿Me pasé?

Se lo merece.

No es tan malo...

Claro que lo es.

Él lo intenta.

Gustabo, Gustabo, ¿Crees que Conway de verdad te quiere como su hijo?

Cierro los ojos ignorándolo.

Tienes que aceptarlo.

—No puedo —susurro.

Si que puedes, Gustabo.

—No...

—¿Gustabo? —La voz de Gordon hace que abra mis ojos.

—Hey —Lo saludo actuando como si no pasara nada.

—¿Con quién hablabas? —pregunta confundido.

Miro a todos lados y me regaño a mi mismo por lo qué acabo de hacer.

—Nadie, sólo... Cantaba.

—¿Cantabas?

—Si, Gordon, cantar, ¿Sabes lo que es? —respondo de manera brusca sin entender porqué.

No quiero hablarle así.

Si no lo haces, te manipulará.

No lo hará, confío en él.

Confía en mí.

No...

Vamos Gustabin, nesecitas ayuda con algunas cosas, las arreglo y desaparezco. Como siempre.

No, no, no...

—Bien, pues quería hablar contigo sobre algo —Gordon se sienta a mi lado.

Estamos en el hospital esperando a Noah, quiso revisarse algunas cosas que le molestaban y decidimos acompañarlo.

Ninguno de los tres dijo nada acerca de lo que pasó con Conway, aún así sigo sin saber porqué se comportó así, y porqué yo le respondí de esa forma.

—Dime.

—Verás, Noah me dijo que todavía seguía en pie lo de celebrar tú gran esfuerzo en el tiroteo. Estaba pensando si tú... Quisieras ir conmigo, ¿cómo mi pareja?

Lo miro, está nervioso, su pierna sube y baja de manera acelerada y su rostro tomó un tono rojo que apenas se nota, pero que yo conozco muy bien.

—Creo que eso está más que claro, Gordon.

Sus ojos se unen con los míos, y espero que ellos le digan lo que siento en éste momento.

—¡Policía! —Un chico llega corriendo a nosotros.

—¿Qué pasa? —pregunto, ignorando el hecho de qué interrumpió la conversación que tanto estaba esperando.

—Unos mecánicos están peleando afuera —Su voz se corta por el cansancio, al parecer corrió mucho—. Dicen que nos quieren quitar todos los coches, hasta su patrulla.

Gordon, como vieja chismosa se levanta enseguida del puesto y me agarra de la mano llevándome con él. Salimos del hospital y justo en el parking, está la grúa de los mecánicos, hay un hombre fuera y uno dentro quién es él que está manejando.

—¡Caballeros! —Grita Gordon mientras nos acercamos.

Un hombre de coleta con la ropa de mecánico da la vuelta y fija su atención en nosotros. Bueno, en mí.

—Como no, los putos polis —Su acento mexicano se hace presente.

Estamos frente a él, y justo antes de poder hablar, él hombre que manejaba la grúa se baja colocándose al lado del mexicano.

—¿Pasa algo? —Habla el otro hombre, que viste la misma ropa del mexicano pero de color rojo.

—¿Que hacen, Armando? —Gordon toma la palabra.

Pero él susodicho no responde, fija sus ojos en mí con tanta atención que me da un poco de miedo.

—¿Gustabo? —pregunta el de ropa roja, que según escuché a Gordon se llama Armando.

—¿Sí? —respondo confuso.

—¿Cómo estás... Vivo? —Vuelve a preguntar cómo si hubiera visto a un fantasma.

—Creo que nos estamos volviendo locos, Armando —Habla el mexicano.

Yo sin entender nada, paso mi vista de ellos a la de Gordon, qye se ve aún más confusa.

—Disculpen, ¿Los conozco? —Mi pregunta hace que los dos mecánicos se miren entre ellos.

Qué estúpidos.

Que raro.

—Tenemos que irnos, Gus —Gordon me señala la entrada del hospital donde ya se encuentra Noah.

—Si, eh... —Vuelvo mi atención a los dos hombres—. Tranten de no hacer tanto revuelto por aquí, hay muchos ciudadanos sensibles.

Me doy la vuelta y camino hacía Noah junto a Gordon. Siento las miradas de los dos hombres en mi espalda, pero no me giro.

Muy bien, Gustabin. Muy bien








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