Capítulo 18

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Gustabo

No, no, no.

Cuándo veo la sangre en el suelo mis sentidos se activan.

—¿Que coño te pasó? —pregunto desesperado agachándome para poder sostenerlo.

—Me dieron... —dice con voz entrecortada.

Me señala su abdomen, y veo de dónde proviene la sangre, le dispararon en un costado del abdomen aún así es muy peligroso el hecho de que esté derramando tanta sangre.

Con cuidado lo coloco sobre mis piernas y me arrecuesto en el patrulla.

Tengo que parar la sangre, ¿Cómo? No tengo ni idea.

Coloco una de mis manos en la herida haciendo presión.

—¿Gustabo? —La voz de Freddy me llama por radio.

—No puedo ir —respondo de inmediato.

No lo voy a dejar aquí.

—Gustabo... —Vuelve a hablar Freddy.

—No. Discúlpame, pero no lo dejaré aquí.

—Conway también está herido y yo no puedo hacer nada si no terminamos con ésto, neno.

—No lo entiendes. Yo... —Mi voz se corta y siento mis ojos arder.

Joder, ¿Desde cuándo soy tan sensible?

—No quiero morir... —La voz de Gordon se oye en apenas un susurro.

Mis nervios aumentan.

—No vas a morir, si estás hecho un roble, coño —Intento tranquilizarlo.

La sangre sigue saliendo y no se como pararla.

Busco por todas partes pero no encuentro nada.

—Tienes que ir, Gus —Vuelve hablar, sólo que está vez se interrumpe a sí mismo cuándo tose.

—No puedo dejarte aquí.

Mi vista se fija en mi camiseta, pienso tan rápido que no me doy ni cuenta de lo qué hago.

Segundos después tengo un pedazo de mi camiseta en la mano intentando tapar la herida de Gordon, uso aquel trapo como una venda y lo ayudo a sentarse a mi lado.

—Te dejaré en el patrulla mientras acabo con ésto —digo, y sin pensarlo mucho lo cargo en brazos cubriéndome con el patrulla y lo meto dentro.

—Estoy listo —Anuncio por radio.

—Ya era hora. —Suspira Freddy—. ¿Ya todos tienen claro lo harán?

Se escucha una afirmación por parte de todos los compañeros que aún siguen de pie.

Al Freddy dar la indicación todos hacemos nuestro de deber, sin Gordon es complicado ir a por mis objetivos, pero lo intento, y al parecer lo logro pues cuándo reviso el perímetro que me asignaron no hay nadie más.

Los chicos a los qué abati se arrastran como larbas en el suelo, son cuatro y cada uno cayó por mis balas.

No es por presumir, pero soy espectacular.

—Tengo a los míos —Confirmo.

—Freddy fue abatido, tengo a los secuetradores y sus compañeros —Habla una de las agentes.

—¿Quién tiene a Freddy, y al super intendente? —pregunto mientras llevo a cada encapuchado al centro del lugar.

—Los tengo yo, ¿Los llevo al mismo punto? —responde un chico, del cuál no me acuerdo su nombre.

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