Clase privada.

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Enero, Viernes 19, 7:22 AM.

POV Midoriya

El resonar de la puerta resonó en la habitación, sacándome bruscamente de mi ensueño. Mis párpados, pesados por el sueño, luchaban por separarse, mientras mi mente intentaba despejarse de la niebla que la envolvía. Con un bostezo profundo, extendí mis miembros adormecidos y me restregué los ojos antes de fijar la vista en el reloj que reposaba sobre mi mesita de noche.

¡Santo cielo! ¡Era mucho más tarde de lo que pensaba!

Me incorporé de un sobresalto sintiendo una punzada de ansiedad al darme cuenta de que me había quedado dormido y, sin duda, llegaría tarde a clase.

Un suspiro apresurado escapó de mis labios mientras abandonaba mi cálida cama. Comencé a vestirme a toda velocidad, lamentando profundamente haber pasado la noche hasta altas horas de la madrugada jugando videojuegos con Kaminari.

Corri en círculos por mi habitación, tropezando ocasionalmente, lo que hacia estresarme aun más de lo que ya estaba, mientras luchaba por calzarme los zapatos y ajustar la mochila sobre mi hombro al mismo tiempo. 

El silencio inusual en los dormitorios resonaba en mis oídos, indicando que todos ya habían partido.

Una vez que estuve listo, salí disparado de mi habitación, pero algo llamó mi atención justo afuera de mi puerta. Me detuve y regrese mis pasos

Era una pequeña bolsa de regalo. ¿Podría ser de quien había tocado la puerta?

Por un momento, dejé de lado mi preocupación por llegar tarde y me incliné para recoger el paquete, examinándolo con curiosidad.

Con un latido acelerado, abrí la bolsa, revelando su contenido. Mis ojos se iluminaron de sorpresa al descubrir lo que había dentro.

La emoción inundó mi ser al contemplar la figura de Spiderman, cuidadosamente colocado dentro. Una nota acompañaba al regalo: 

Para el héroe más valiente que conozco. ¡Sigue brillando, Midoriya!

H.

Una sonrisa se dibujó en mis labios al leer esas palabras reconfortantes. ¿Quién podría haber dejado este regalo tan considerado para mí?

Regresé a mi habitación con el tesoro en mis manos y lo coloque con cuidado en una repisa, junto a otras figuras de mis héroes. Un torrente de agradecimiento hacia el misterioso remitente llenó mi corazón. Debía encontrar la manera de expresar mi gratitud por el regalo y por despertarme de una manera tan especial.

Despertarme, cierto. 

Salí corriendo de mi habitación una vez más, decidido de llegar a la academia lo antes posible. El tiempo se me estaba volando y no podía permitirme más retrasos.

Al llegar a la academia, me encontré con la puerta cerrada y una hoja pegada en ella. Un nudo se formó en mi garganta, temiendo lo peor, mientras me acerqué y leí las palabras escritas.

Midoriya, llegas tarde. La clase ya ha comenzado.

Decía el mensaje, firmado por el profesor Aizawa.

Tragué saliva nerviosamente, preparándome para enfrentar las consecuencias de mi tardanza. Sabía que llegar tarde significaba que el profesor no me permitiría entrar. Aun así, me acerqué a la puerta y toqué suavemente, esperando que se apiadara de mi.

Después de unos segundo que parecieron eternos, escuche los pasos y la puerta se abrió, dejando ver al profesor Aizawa al otro lado. Su mirada estaba llena de reproche, mientras se cruzaba de brazos

Admiradores secretos. - Dekubowl -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora