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AZUL

No por favor dime que no es quien creo que es.

- Azul - Volví a escuchar a esa voz que reconocía lo suficiente para saber a la perfección quien era

- Marco - Dije tras darme vuelta y confirmar lo que ya pensaba

Y si, en efecto estaba ahí. Al verlo se me llenaron los ojos de lagrimas de rencor y enojo por recordar todo lo que el me hizo. Rápidamente me seque las lagrimas y me acerque a él pues para mi grandiosa suerte Marco era mi uber que para ser sincera estaba muy bien vestido para trabajar de uber lo que me dejo con una sensación rara.

- Azul no sabia que tu eras la psicóloga de la campaña

- No vería porque el uber tendría que saber eso - Dije cortante

- ¿El uber? - Pregunto incrédulo mientras se reía

- Si, ¿tu no eres el uber?

- Si Azul si así lo quieres manejar entonces si soy el uber

No sabia como reaccionar. ¿A que se refiere con así es como lo quieres manejar?

-Vamos que debo llevarte a tu apartamento - Dijo sacándome de mis pensamientos

-¿Dónde está tu auto?

- Es aquel - Me contesto señalando un Audi r8 v10 decennium ploteado en gris mate

Lo poco que sabia de autos se lo debía a mi padre y sabia lo suficiente para saber que ese era uno de los modelos mas caros de Audi e incluso en algunas partes del mundo llegaba a ser exclusivo.

- ¿Que paso Blu, te gusta mi auto? - Dijo agachándose quedando a dos centímetros de mi oreja en un susurro causándome un escalofrió

Rápidamente reaccione y le respondí.

- Dos cosas Marco Morgan. Uno, no me llames Blu para ti y para todos yo soy Azul. Y segundo, a caso eres mafioso. Esta claro que no eres uber por lo que me gustaría saber porque me has venido ha buscar y porque tienes este auto y estas vestido así

- Súbete y te explico en el camino - Dijo abriéndome la puerta del auto

Me subí un poco desconfiada pero realmente tenia hambre y quería llegar al apartamento.

- Así que Marco Morgan que haces aquí llevándome a mi apartamento? - Le pregunte pero mi estomago me jugo una mala pasada sonando a tal punto que él lo escucho

-¿Tienes hambre?

- Si, mucha la verdad pero estas invadiendo mi pregunta

- Sigues siendo igual de pesada que siempre Blu. Vamos a comer y te contare todo

- Te he dicho que no me llames Blu

No respondió. Por lo contrario se dedico a mirarme de reojo y dedicarme una media sonrisa levantando un poco la comisura derecha de su boca mientras iba manejando supongo que a algún lugar de comida rápida.

Luego de diez minutos nos detuvimos frente a un local de comida rápida. Parecía un lugar agradable y familiar como los que me gustaban a mi. Me recordaban mucho mi infancia por eso amaba esos lugares y cada vez que iba a uno de ellos se me iluminaba la mirada y lograban sacarme una sonrisa y cualquiera que me conociera muy bien lo sabia.

- No has cambiado en lo absoluto - Dijo mirándome mientras se reía tras ver mi reacción al llegar al restaurante

- Pues no todas las personas cambian para querer ser parte de un grupo y olvidar todo - Dije sin ningún pelo en la lengua

- Azul, ya han pasado diez años desde aquella peleíta de niños - Dijo sin ningún gramo de arrepentimiento en sus palabras

- ¿ aquella peleíta de niños? estas hablándome en serio Marco- le dije ya con la voz un poco quebrada

- Vamos Azul no te pongas así ha sido una estupidez

- ¿Eso es todo lo que vas decir?

Silencio es todo lo que hubo en aquel momento.

- Pues bien me bajare y espero volver a verte nunca más en mi vida Marco Morgan - Dije ya con las lagrimas en los ojos y con una mano en la manija de la puerta para irme

- Azul no te dejare bajarte de este auto - Dijo tras cerrar con seguro las puertas

- Déjame bajarme - Pedí casi en una suplica. No aguantaba más estar encerrada con el en el mismo lugar

- Pues no - Dijo muy seguro

- Si no me abres tu mismo esta maldita puerta en este maldito instante la abriré por mi propia cuenta

- Inténtalo

Tras ver que Marco no lo iba hacer yo misma iba a cumplir con mi palabra. Lo primero que se me ocurrió fue romper una de las ventanas.

- Ni lo intentes, son blindados

Mierda, me conocía muy bien. Sabia muy bien cuales eran mis ideas así que no tuve de otra que sacar el seguro con mis propias manos. Con esta idea en mente no tuve mas remedio que desatarme el cinturón y proceder con la misión destrabar el seguro.

Me arrodille en mi asiento y vi donde estaba el seguro. Después quise llegar con mi mano pero al estirarme para llegar note como Marco me había agarrado del brazo pero no fue hasta cuando el tiro de el que lo sentí. Tras Marco tirar de mi brazo quedamos los dos cara a cara. Hubo un gran silencio en el ambiente al punto de que éramos capaces de escuchar nuestras respiraciones.

Note como la respiración de marco se empezaba a acelerar pero cuando estaba a punto de preguntarle el me interrumpió.

- Que esta sea la ultima vez que intentas atentar contra mis ordenes porque a la próxima que lo intentes no serás capaz de caminar Azul Cantini

Entre tantos, tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora