Entre tantos, tú.

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AZUL

Al entrar al piso quede sorprendida. Era un lugar acogedor con una decoración vintage y rústica como a mi me gustaba. Ni bien entraba había un pequeño pasillo que te llevaba al comedor q estaba dentro del mismo salón donde a su izquierda tenía una cocina con una isla pequeña que conectaba con este. A la vez podía ver un gran ventanal detrás del sofá que permitía una buena iluminación en todo el salón. A la derecha del salón esta mi habitación que se divide de este con una gran puerta corrediza. Es bastante amplia y dentro de ella si voy hacia la derecha me encuentro con dos puertas. En una encuentro mi baño que es muy hermoso y en la otra puerta tengo el guardarropa de mis sueños, el que toda mujer quiere tener.

En fin, me enamore de mi nuevo piso pero ahora estaba muy cansada para organizar todo por lo que decidí irme a duchar y pedir algún helado a domicilio para comer mientras veía alguna película en mi laptop.

Al salir de ducharme y cambiarme sonó el timbre del apartamento. Baje y era el helado que había pedido. Subí rápidamente para terminar de ordenar el baño y luego ver la peli acompañada del helado. Mientras lo terminaba de ordenar recibí una llamada de mi madre así que conteste.

- Hola mamá

- Hola hijita, ¿Cómo estas? ¿ Has llegado bien? ¿Qué tal el uber que te ha ido a buscar al aeropuerto? ¿ Y el piso?

- Mamá apenas he llegado y tu ya me estas bombardeando con las preguntas

- Sabes como soy, no puedo no hacerlas, soy tu madre

-Ya lo se mamá

- Bueno entonces cuentame, ¿qué tal todo allí?

- Bien - No sabia si contarle a mi madre lo de Marco o no - He dormido todo el vuelo y el piso esta genial. Espero que algun día lo puedas conocer - Dije finalmente esquivando el tema Marco Morgan

- Que alegría hija, ojala pronto lo pueda conocer

- ¿Cómo ha estado papá?

- Un poco intenso como siempre, sabes como es él. Ya han pasado diez años casi y todavía no se acostumbra a su nueva vida.

- No ha sido sencillo para él - Dije con un deje de tristeza

- Ya, pero ya ha pasado lo peor hija. Ahora no quiero que te pongas mal

- De acuerdo. Oye mamá te puedo llamar mañana es que estoy muy cansada y mañana me espera un largo dia.

- Que descanses hijita y alimentate bien no quiero que vuelvas a pasar por lo mismo

- Chao mamá

Colgué luego de despedirme y fui a ver una peli mientras comía mi helado.

Luego de la peli me puse a pensar en todo lo que había sucedido hoy. En lo que Marco me había dicho en su auto cuando quedamos cara a cara. ¿Qué quería decir con aquello? ¿Que me cortara las piernas? No sabía que ahora además de un hombre de negocios era un asesino en serie.

El sonido de una notificación me sacó de mis pensamientos. Era un mensaje de Bren. Apenas pude hablar con ella desde que surgió todo lo del viaje. Me escribía para preguntarme como estaba y como me había recibido Nueva York. Le conté casi todo excepto lo de Marco.

Desde que conozco a Bren jamás le he hablado de él por lo que me ahorre en contárselo. La charla fue rápida porque de verdad necesitaba dormir y el día de mañana iba a ser muy largo. Después de despedirme de bren entre a mis correos y vi que tenia unos cuantos de algunos de mis pacientes de rehabilitación y los respondi a todos.

Cuando tenia 7 años y mi abuela fallecio y a mi mamá le detectaron cáncer me di cuenta de lo mucho que necesitaba desahogarme con alguien profesional que supiera que decirme pero nunca fui una chica que pudiera expresar fácilmente su tristeza ni tampoco el saber pedir ayuda le era sencillo. Al tener 12 cuando mamá casi muere tampoco fui capaz de expresar mi tristeza. De lo único que era capaz era de llorar en silencio noches enteras encerrada en mi habitación hasta dormirme. Luego de todo aquello decidí que cuando fuera mayor sería psicóloga para que ningún niño pasara por lo mismo por lo que pase yo.

Hice la carrera con promedios muy buenos porque la disfrutaba. En las prácticas me di cuenta que también quería ser psicóloga de rehabilitación porque durante mi infancia también veia como mi mamá necesitaba hablar con alguien mientras hacia las quimios. Para mi suerte el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid me ha permitido trabajar con las dos ramas que me gustaban.

Mis pacientes eran los más valiosos para mi. Cada vez que veía cómo iban progresando se me caian las lagrimas de orgullo y se que es poco ético pero una de mis pacientes favoritas es Olivia, una niña de apenas 6 añitos recien cumplidos. Hace menos de dos años le detectaron un tumor en sus pulmones pero eso no le afectó en nada. Ella es toda una guerrera y siempre me sorprende porque saca fuerzas de donde no las tiene. Decidí dejarle mi numero para poder seguir su caso personalmente aunque sea desde la distancia y le prometí que cada noche haríamos una videoconferencia para hablar y jugar juntas y eso fue lo que hice al terminar de verificar todos mis mails .

Amaba mucho hablar con Olivia y el tiempo se me pasaba volando tal fue así que cuando me di cuenta al colgar su llamada ya era super tarde y tenia que despertarme temprano la mañana siguiente por lo que apague todo, puse a cargar mi teléfono y me fui a dormir.