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MARCO

Tras desvanecerse Azul cayó al piso golpeándose la cabeza. Rápidamente fui junto a ella y la ayude a levantarse. La lleve entre mis brazos a una de las mesas que se encontraban allí y la senté en una de las sillas. El señor Blaker se encargó de ver si Azul estaba bien mientras que la señora Blaker la tranquilizaba.

- Bien Azul. Quiero que mañana a la mañana vayas al hospital y te hare unos estudios para saber que te ha pasado - Dijo el señor Blaker luego de asegurarse que Azul no tuviera nada lo suficientemente grave como para llevarla inmediatamente al hospital - Ahora ve a tu piso y descansa

- Vale. Gracias y discúlpenme por este escándalo - Dijo Azul apenada

- Azul no tienes que pedirnos disculpas. Nadie planea desmayarse - Dijimos a la vez los tres

- Gracias - Respondió nuevamente con pena - Creo que llamare a un uber para ir a mi piso

- Yo te llevo Azul, no quiero que vallas sola en este estado - Dije negándome a la otra idea

- En esta estoy de acuerdo con Marco, Azul. No es recomendable que te vayas en uber sola hasta tu piso - Dijo el señor Blaker guiñandome un ojo

- Está bien - Dijo un poco fastidiada

Después de que aceptara a que la lleve a su casa, nos despedimos de la Sra. y el Sr. Blaker y fuimos a buscar mi coche. Azul se encontraba muy débil así que la ayudaba a sostenerse de pie. Ella pasó un brazo por encima de mis hombros y yo la sostenía fuerte de su pequeña cintura. Una vez que llegamos al carro la ayude a subirse y fui rápidamente hacia el lado del conductor.

El viaje hasta su piso fue totalmente silencioso. Azul no se encontraba tan bien, se le notaba en su cara. Me puse a pensar porque le había pasado aquello. Ella nunca se había desmayado. Era una persona muy saludable. Hasta que entre tantas preguntas que me hacía en mi mente llegue a conectar algunas cosas. El día que almorcé con Azul en aquel restaurante no había comido más de tres bocados, el día de las fotos de la campaña tampoco la vi comer nada y tenia sus ojos como si hubiera llorado toda la noche y hoy tampoco la he visto tocar ni un solo bocadillo.

Decidí no tocar el tema hasta llegar al piso hasta que cuando llegamos me baje con ella y la acompañe.

- Marco, puedo subir sola a mi piso

- Pues por las dudas te acompañare

Nos subimos al elevador y Azul se encargó de marcar el piso para subir. Era el momento ideal para enfrentarla y ayudarla así que cuando íbamos por la mitad del recorrido apreté el botón para parar el elevador y me puse encima de él para que Azul sea incapaz de desactivarlo.

- ¿Qué haces, tio? ¿Te has vuelto gilipollas? - Dijo Azul tras darse cuenta de lo que acababa de hacer

- Tal vez pero quiero que me digas que te está sucediendo Azul. Tu no eres así

- Ya te he respondido la misma pregunta el otro día

- Pero me mientes Blu. Dime, ¿has comido hoy?

- Si - Dijo con la cabeza baja

- Dime la verdad mirándome a los ojos

- Pues no me acuerdo

- Joder Azul, porque te haces esto. Dime porque no comes. Eres una mujer preciosa que todo hombre desea - Dije cabreado sin poder creerlo

Azul intentó responderme pero no pudo. Sus lágrimas le ganaron.

- Ey preciosa, ven aquí - Dije tendiendole mis brazos los cuales dos segundos después la rodeaban

Entre tantos, tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora