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AZUL

Luego de ir a almorzar con Marco le pedí si me podía llevar hasta el supermercado así hacía mis compras. Al llegar a la puerta del Target quise despedirme de él pero insistió en acompañarme con la excusa de que luego no podría cargar con las bolsas en el metro para volver a mi piso así que no me quedo de otra que aceptarlo.

Llegamos a mi piso y me ayudo a bajar las bolsas. Era muy gracioso ver a un hombre en traje cargando bolsas de compras aunque debo admitir que Marco se veía muy sexy haciéndolo a la vez pero ese no era el punto. Quería agradecerle por todo lo que había hecho por mi desde que estoy en Nueva York aunque eso no significaba que había olvidado el pasado.

- Gracias - Es lo único que me salió decirle

- ¿Por?

- Por todo lo que has hecho por mi desde que estoy aquí - Conteste lo que era obvio

- Podrías agradecerme invitándome a pasar a tu piso y a un café - Dijo el muy descarado - Y no puedes decir que no tienes café porque acabas de comprar

- Esta bien - Dije revoleando los ojos - Pasa

Al subirnos al ascensor me sentía asfixiada y nunca me había pasado. Para mi poca suerte dentro de lo alto que era el edificio yo vivía en el penúltimo piso por lo que el viaje en el elevador fue bastante largo.

Cuando sonó el timbre del elevador avisando que ya habíamos llegado al piso pude respirar nuevamente. En estos momentos agradecia ser una persona maniacamente ordenada. Entramos al piso y lo primero que hice fue colgar mi bolso en el perchero que había detrás de la puerta, sacar mi teléfono y agarrar las bolsas que Marco cargaba para llevarlas a la cocina.

- Oye, no está nada mal. Tienes unas vistas maravillosas - Dijo sorprendido

- Si. La verdad se han pasado. Pareciera que la persona que escogió el piso me conociera

- Y vaya que te conoce

- Perdona,¿qué has dicho? - Pregunte tras no escuchar por el ruido que estaba haciendo para desempacar las compras

- Nada, nada - Contestó

- Vale, si tu dices - Dije sin indagar demasiado porque seguro era alguna tontería - ¿Amargo como siempre? - Pregunte mientras le hacía el café

- Amargo como siempre

- Aquí tienes

- Muchas gracias

Cuando estaba a punto de contestar me llego un mensaje

- Perdona, puede ser importante

- No hay problema

Era un mensaje de Bren. Me preguntaba si estaba en mi nuevo piso y me pareció extraño pero conteste enseguida. A lo mejor necesitaba hablar. Pero al mandarle el mensaje contestando a su pregunta no pasaron ni siquiera dos segundos y tocaron la puerta del piso. Me sorprendí al igual que Marco.

- ¿Esperas a alguien? - Me preguntó

- No, pero ire a ver quien es. A lo mejor es el guardia del edificio.

- Ve con cuidado

Al abrir la puerta estalle en un chillido. Era Bren. ¿Qué hacia aquí? No dude ni un segundo en abrazarla. Veía que tenía solo un carry on de bolso por lo que presentí que se quedaría poco tiempo asi que decidi sacarme las dudas.

- ¿Que haces aquí amiga?

- He venido a visitarte. Ya te extraño

- Yo tambien - Dije volviéndola a abrazar

- Lo siento amiga, no quería interrumpir nada - Me susurro apenada al ver asomándose a Marco

- No interrumpes nada amiga. Èl es Marco... - Entre en un mini ataque de pánico tras no saber cómo describirlo - Mi nuevo jefe - Conclui

- Hola, soy Brenda, su mejor amiga - Dijo estrechandole la mano a Marco

- Mucho gusto Brenda - Dijo devolviéndole el gesto con una sutil y amable sonrisa - Bueno creo que debo dejarlas. Deben tener mucho para hablar - Dijo ya viéndonos a las dos - Hasta luego

- Hasta luego Marco, ha sido un gusto conocerte - Dijo mi amiga despidiéndose

- Y Azul no olvides lo de la invitación - Dijo dirigiéndose hacia mí - E igualmente Brenda

Y así se fue dejando totalmente anonadada a Bren y a mi.

- Cuéntamelo todo ya. ¿Qué es eso de la invitación? Se que no es solo tu jefe. Te ha costado mucho encontrarle una palabra para definirlo y tu eres una persona que mejor define a los demás en palabras en cuestión de segundos. ¿Te has liado con él? - Dijo haciéndome un interrogatorio

- No Bren y nada por el estilo

- Pues entonces cuéntame lo que me tengas que contar

Le conté todo desde el principio aunque fuera demasiada larga la historia. Bren no lo podía creer con cada cosa que le he ido contando y eso que no he sido capaz de contarle la peor parte que solo mis padres saben. Tarde más de dos horas relatándole a Bren mis últimos 24 años de vida para llegar a que Bren mandara todo a tomar por culo y me invitara a salir un jueves por la noche.

- Vamos amiga. Es momento de mandarlo todo a tomar por culo y emborracharnos a más no poder - Dijo secándome las lágrimas de los ojos

- Vale, pero yo no tomaré. Mañana tengo que hacer unas fotos para la campaña y tengo que estar presentable

No tomo mucho tiempo arreglarnos por lo que primero fuimos a cenar a una de las terrazas que hay cerca de mi edificio y luego nos marchamos a un bar que quedaba a dos cuadras de allí. Al llegar, el ambiente estaba muy lleno y la música muy alta.

Bren era una persona no muy apta al alcohol. Con tras solo tomar un chupito era capaz de estar borracha y esta no había sido la excepción. Intente frenarle un par de veces pero seguía tomando un chupito tras otro hasta que se puso a bailar con un extraño. No me preocupe al principio pero cuando empecé a notar que ella ya no estaba cómoda me acerque a buscarla.

- Hey Bren, vamonos - Dije tras tirarla un poco del brazo para separarla del tipo

-Si, vámonos - Afirmó asintiendo con la cabeza a la vez

- Hasta pronto preciosa - se despidió el muy gilipollas

Logre sacar de la pista de baile a Bren pero tras dirigirnos a la puerta me sono el celular. De nuevo me estaba llamando.

Entre tantos, tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora