❝ ─ ¿Recuerdas que hace mucho te contamos la historia de un príncipe, un mago y un duendecito?
─ Hoy te contaremos la continuación de su historia.
¿Qué pasa después de que TaeHyung encuentra algo que creía perdido?
¿Qué pasa cuando JungKook enfrenta...
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EunWoo no paraba de hablar de lo feliz y emocionado que se sentía por la llegada de su hermanito o hermanita.
Cada hora de juegos en la guardería se reunía con sus amigos a hablar de cómo iban las cosas con quien sus papás llaman "pequeño bebé", porque él era su bebé mayor, y pequeño bebé era el que tenía su papi TaeHyung en su gran y bonita pancita.
Hoy era uno de esos días en donde hablaba de las nuevas cosas que sus papás y sus tíos llevaban a casa para cuando naciera el bebé. La mayoría de sus amigos tenían la atención puesta en él. Con caritas felices por lo nuevo que tendría EunWoo en su familia, y también porque se contagiaba su entusiasmo. EunWoo no paraba de mover sus manitas al hablar, ni de sonreír.
Samuel, un niño nuevo en la guardería. Llegó a interrumpir su plática entre los niños.
— Tus papás ya no te van a querer cuando tu hermanito nazca — se le quedó viendo con una cara de pocos amigos.
— Mis papis me aman mucho, Samu. Ellos dicen que nos aman a los dos — sonrió amablemente al pequeño rubio.
Samuel se puso frente a EunWoo, hizo una mueca.
— Eso siempre lo dicen los papás cuando un hermano llega. Después ya no te quieren. Te cambian. Tu hermanito es nuevo, tú no eres nuevo.
EunWoo borró su sonrisita. Era cierto, su hermanito era nuevo y él no. Él ya había salido de una pancita muchos años antes, y su hermanito apenas saldría de la pancita de su papi TaeHyung.
— P-Papi Tae sigue hablándome b-bonito... Y papi Kook me sigue c-cuidando en las noches. Mis t-tíos me traen regalos c-cuando traen los de pequeño bebé — sus palabras empezaban a arrastrarse. Ya no era tan fácil hablar. Su garganta ardía un poco, sus ojitos, igual.
— Lo hacen para que no sientas el cambio, EunWoo — dijo con el mismo desprecio que al inicio.
Se fue, dejando a EunWoo con sus ojitos llenos de agua y sus manitas temblando. El pequeño castaño agachó su cabecita, sus labios también temblaban. Ya no se sentía feliz.
SanHa, quien estuvo a su lado todo el tiempo, lo rodeó con sus bracitos, dándole un abrazo. También le dio un besito en la mejilla.
— Tus papis te aman, Woonnie. Cuando tu hermanito nazca los van a querer a los dos. Tus papis no son malos.
— Samu dice la verdad, SanHa. Mis papis no me van a querer cuando llegue el bebé. Me va a quitar su amor. Yo no quiero que mis papis me dejen de amar porque yo los amo mucho — sollozó.
EunWoo no cambió su estado de ánimo en ningún momento después de lo que le había dicho Samuel.
¿Y si tenía razón? ¿Si sus papás lo cambiaban por el bebé nuevo? ¿Sus abus? ¿Sus tíos? EunWoo no quería perder el amor de las personas que ama. EunWoo nunca había sido egoísta con algo, le encantaba compartir, pero por primera vez lo estaba siendo. Él no quería compartir el amor de sus papis.
