❝ ─ ¿Recuerdas que hace mucho te contamos la historia de un príncipe, un mago y un duendecito?
─ Hoy te contaremos la continuación de su historia.
¿Qué pasa después de que TaeHyung encuentra algo que creía perdido?
¿Qué pasa cuando JungKook enfrenta...
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28 de mayo.
El día había llegado. Ese día que tanto TaeHyung, como JungKook, no se imaginaba que llegaría a sus vidas, si de hablar del pasado se trataba. Ahora en su futuro, era el día que más ansiaban que llegara. El día que unirían sus vidas, y oficialmente frente a todos serían una familia, los verían jurarse un amor interminable.
Ahí estaba JungKook. En un jardín lleno de flores, frente de sus familiares y personas más allegadas a ellos. Traje negro con una rosa roja en su bolsillo del saco. Detrás suyo el juez que haría validez de su matrimonio, a JungKook no le cabía la felicidad en su interior. Esperaba la entrada de TaeHyung, tenía sus manos unidas al frente, balanceaba su cuerpo de un lado a otro de una forma que no fuera tan evidente para los demás.
La marcha nupcial inició. Anunciando que TaeHyung estaba listo para su entrada. JungKook mordió su mejilla por dentro.
Bastaron unos segundos para ver a Woonnie caminando por la alfombra blanca, en medio de los asientos. Iba de un trajecito azul, también tenía una rosa roja en su bolsillo. Su flequillo peinado hacia un lado, igual a su padre hace varios años. Iba con una inmensa sonrisa en su rostro, sus ojitos brillaban de felicidad mientras tiraba pétalos de rosas blancas y rosas mientras caminaba hasta su papá JungKook. Él sabía lo que pasaba, perfectamente. Sus papás se iban a casar y ser muy felices, como siempre lo quiso. Sabía lo mucho que sus papis se amaban, eso lo hacía feliz.
Detrás de él, caminaba ShinHye con Myeong-Suk en sus brazos. Ellos juntos soltaban pétalos rojos. La menor sonreía a todos lados, al igual que saludaba a sus invitados. Sonrió de más al ver que se acercaba a su papá.
EunWoo llegó con JungKook, quien ya lo esperaba con los brazos abiertos, hincado para darle un abrazo. Se quedaron entre sus brazos por largos minutos. JungKook le decía palabras lindas a su oído, Woonnie le dio un besito en la mejilla antes de susurrarle al oído un «Estoy feliz por ustedes, papá. Te amo.» El menor se quedó a su lado, esperando la entrada de su otro papá.
Hye llegó con Myeong-Suk dándosela en brazos al castaño para recibirla con muchos besitos en su carita. Ella le devolvía pequeños besos en su mejilla. Hye igual se fue a un lado suyo, con EunWoo. Sukie seguía en sus brazos, a la espera de la llegada de TaeHyung.
Bastaron unos cuantos minutos para que todos los invitados voltearan atrás. JungKook tomó un largo respiro para calmar sus nervios.
— Llegó la hora — habló para sí mismo.
EunWoo alzó su mano, entrelazándola con la de su papá.
Y... Ahí estaba TaeHyung, frente suyo. Alumbrando su vida con su presencia, con su sonrisa y sus ojos.
Vestía de un traje blanco, impecable. Llevaba un ramo de rosas rojas en sus manos. Caminaba sobre esos pétalos de la alfombra. TaeHee iba a su lado, llevándolo tomado de su brazo. TaeHyung no podía creerse lo que vivía. Estaba caminando al altar, a punto de casarse con el amor de su vida. No podía pedir nada más. JungKook se veía hermoso como siempre, pudo verlo pasar el dorso de su mano por sus ojos. También él sentía que las lágrimas de felicidad amenazaban salir de sus ojos. JungKook lo esperaba con una enorme sonrisa. Sabía que era el hombre correcto, como lo supo desde un inicio.
