❝ ─ ¿Recuerdas que hace mucho te contamos la historia de un príncipe, un mago y un duendecito?
─ Hoy te contaremos la continuación de su historia.
¿Qué pasa después de que TaeHyung encuentra algo que creía perdido?
¿Qué pasa cuando JungKook enfrenta...
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Daba inicio al fin de semana. Viernes, el día favorito en la casa Jeon Kim por parte de todos sus integrantes, pues era el día en que todos hacían algo divertido para olvidar toda la semana llena de trabajo y escuela.
EunWoo quería jugar con su balón en el patio de atrás. JungKook lo acompañaba, pasándoselo y algunas veces, quitándoselo, haciendo más divertido su juego.
TaeHyung los veía a una distancia prudente, sentado en un escalón que daba a la ventana corrediza del comedor. Tenía a Myeong-Suk sentada en una de sus piernas. Ellos jugaban con un pequeño piano de juguete que tocaba distintos sonidos dependiendo las teclas, al igual que cambiaban los colores de estas. Myeong-Suk soltaba risitas mientras daba manotazos fuertes sobre el juguete, TaeHyung lo sostenía y reía con ella.
TaeHyung notó el repentino cambio de clima, con la temperatura bajando. Tanto EunWoo como Sukie no tenían nada que los calentara, por lo que no dudó en ir de busca de algún suéter para abrigar a sus pequeños.
— ¿Quieres quedarte aquí viendo a tu hermanito y papá jugar? — le preguntó a la pequeña, señalando a dónde los dos ojiazules estaban muy entretenidos. Sukie empezó a asentir — Bien — le dio un beso en su frente — ¡Cariño, voy adentro por algo para abrigar a los niños! Vigila a lunita, por favor — alzó la voz.
JungKook se quedó viéndolo mientras lo escuchaba. Cambió de dirección a donde Sukie, viéndola muy entretenida jugando con su piano, sentada en ese escalón. Sonrió y alzó su dedo pulgar. TaeHyung entendió que era un «sí» y entró a la casa, apurándose para no dejar tanto tiempo sola a su bebé.
JungKook seguía jugando con su hijo. Dando miradas rápidas a este y a su hija.
En un momento de distracción con su vista en la menor, escuchó un quejido delante suyo, seguido de un golpe. Giró de nuevo a donde gran parte del tiempo estaba mirando en su juego. Y ahí estaba EunWoo, tirado sobre el césped.
— ¡Cariño! — soltó. Y fue a paso veloz con él, queriendo verificar que no se hubiese lastimado de más.
Sukie vio el accidente de su hermanito. Cerró sus ojitos cuando lo vio caer. Hizo un puchero. Eso debió haber dolido.
Vio a su papá JungKook casi correr con EunWoo, ella sintió un poco de preocupación. Dejó de tocar el piano, poniéndolo a un lado suyo. Puso sus dos manitas a sus lados, ayudándose en ellas para apoyarse y ponerse de pie. Ella quería ir con su hermanito también.
Sus piernitas tambaleaban un poco. Ya se había puesto de pie ella sola varías veces, pero hoy quería avanzar sin ayuda de los brazos de sus papás. Miró al piso y dio un pasito al frente, paró. Alzó su cabecita adelante. Dio otro pasito con su otro pie y volvió a parar. Aplaudió y sonrió por su avance. Le faltaba menos para llegar a ellos. Así empezó a dar pequeños pasitos pausados para ir a ver a su hermanito tirado en el césped.
