❝ ─ ¿Recuerdas que hace mucho te contamos la historia de un príncipe, un mago y un duendecito?
─ Hoy te contaremos la continuación de su historia.
¿Qué pasa después de que TaeHyung encuentra algo que creía perdido?
¿Qué pasa cuando JungKook enfrenta...
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Un año después
— ¿Listo, amor? ¿Puedo entrar?
JungKook estaba afuera del baño de su habitación, esperando que TaeHyung saliera de este. Se sentía preocupado, su esposo llevaba más de veinte minutos dentro sin decir nada, ni siquiera sin hacer algún ruido.
No obtuvo respuesta. Preocupado por la constante actitud cabizbaja de TaeHyung siempre que se trataba de hacerse una prueba – la cual terminaba saliendo negativa – decidió entrar sin importarle nada, pues en primer lugar quería ver que su esposo estuviera bien allá adentro.
Abrió la puerta, que por suerte no tenía puesto el pestillo. Encontró a TaeHyung, sentado en el piso del baño. Sus piernas encogidas a la altura de su pecho, abrazándolas, con su cara hundida entre sus rodillas. Espasmos en su cuerpo, acompañados de ligeros sollozos. La prueba tirada en el piso, con una raya en la pantalla. Negativa.
JungKook se puso de rodillas frente suyo. Tomando su cara entre sus manos, levantando su vista, obligándolo a observarlo.
JungKook notaba que esos ojos verdes que siempre suelen brillar estaban apagados esta vez.
— No puedo, JungKook. No puedo tener más bebés — dijo entre sollozos — Yo quiero, quiero tenerlos y tener una pancita con un bebito dentro, pero no puedo. ¡Maldita sea!
JungKook hizo una mueca. Tenía unas inmensas ganas de llorar a su lado por verlo de tal forma, nunca era de su agrado verlo mal, mucho menos cuando es algo que tiene fuera de sus manos.
— No, amor. Estamos teniendo una mala racha, solamente — lo tomó entre sus brazos, queriendo demostrarle que estaba a su lado, apoyándolo y queriéndolo proteger — Tal vez estamos haciendo los intentos cuando no son tus días fértiles — acarició sus rizos — Fuimos al doctor y él nos dijo que estás perfectamente y sí puedes, mi amor.
— Deja de tener falsas esperanzas, JungKook — musitó — No puedo. Lo hemos estado intentando por tres malditos años y no ocurre nada. Si estoy bien, ¿por qué no puedo tener un bebé dentro mío?
JungKook agachó su cabeza. Dejó que pequeñas lágrimas recorrieran su mejilla. Él también tenía la ilusión de ver de nuevo a TaeHyung con su pancita de embarazado, y un nuevo bebé en casa. Pero no dejaba que la desilusión con cada prueba negativa lo venciera, porque al que más afectaba era a TaeHyung, y debía ayudarlo cuando pasaba eso. Esta vez no pudo ser fuerte por los dos, porque su esposo tenía razón. Siempre tenía falsas ilusiones, siempre trataba de ser positivo, pero tantos intentos, tantas pruebas, ese año fallido, y las palabras dichas por el rubio, terminaron con él.
— No lo sé... — bajó la voz — No lo sé, amor.
Ambos soltaron lágrimas y sollozos. JungKook apretaba su agarre en la espalda de TaeHyung, mientras que él lo tomaba de la mano con fuerza.
