❝ ─ ¿Recuerdas que hace mucho te contamos la historia de un príncipe, un mago y un duendecito?
─ Hoy te contaremos la continuación de su historia.
¿Qué pasa después de que TaeHyung encuentra algo que creía perdido?
¿Qué pasa cuando JungKook enfrenta...
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HoSeok, YoonGi y EunWoo se quedaron en la sala de espera. Mientras que JungKook estaba dentro, con TaeHyung. En la habitación que tenía indicada para tenerlo en revisión hasta que fuera el momento en que fuera posible la salida de su bebé.
YoonGi jugaba con el menor, HoSeok hacia las llamadas correspondientes a JiMin, ShinHye y TaeHee. Todos habían respondido que llegarían lo antes posible. JiMin llegó primero que las futuras abus. Los tíos estaban completos.
— ¿Por qué ustedes fueron los primeros en llegar aquí? — reprochó el castaño.
HoSeok pasó su brazo por el hombro de JiMin.
— Creo que escogió a sus tíos favoritos, porque decidió que el momento era cuando nosotros estábamos en casa de ellos.
JiMin entrecerró los ojos.
— ¡No es justo! Yo quiero ser el tío favorito.
— ¡Nosotros también!
— Ya veremos cuando nazca ese niño...
— ¿Niño? — HoSeok preguntó con un gesto confundido.
— Mi instinto dice que es niño.
— Será niña.
— Niño.
— Niña.
— ¿Apuestas?
HoSeok lo pensó. No le gustaba ese tipo de tratos, no cuando se trataba de algo de sus amigos, pero... Era JungKook y era una apuesta inocente.
— $20 dólares que es niña.
— Acepto.
Ambos estrecharon sus manos para cerrar el trato.
— No le digas a YoonGi que apostamos esto.
— Y tú no le digas a TaeHyung.
◇◆◇◆◇
— ¡Koo, tu mano! — chilló TaeHyung al sentir que otra contracción más se acercaba.
El castaño se la dio. Dejándolo poner toda su fuerza sobre ella, aunque le doliera. Su novio era muy fuerte o en ese momento se desquitaba con él.
— Tranquilo, amor. Respira hondo — empezó a respirar junto a él, invitándolo a copiarlo — Debemos esperar más aquí. Sé que debes de estar odiando esto, odiándome a mí por última vez en todo tu embarazo, pero es lo último que nos falta — besó su frente y pasó una toalla encima, secando sus gotas de sudor.
— No te odio... No tanto.
JungKook sonrió y acomodó sus rizos que caían por su frente.
— Yo te amo... Mucho — dio un beso corto en sus labios.
