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Se encontraban completamente a solas en la casa de Jimin.

El abuelo Song había ido a jugar al poker con sus amigos, y se pudo ir tránquilo cuando vío a Jungkook llegando a su casa. No le gustaba dejar solo a su nieto, sentía que cuando lo hacía, se sumía en pensamientos oscuros y pesar, y el solo hecho de pensar en eso lograba estrujarle el corazón.

Ahí esta Jungkook, con la sonrisa más grande que puso en toda su vida, mientras peina el pelo de su "novio" con delicadeza, y coloca la tintura negra con precisión.

Todavía no podía creer que en cuanto llego realmente pudo a saludarlo con un pequeño beso en los labios, y decide no pensar pero aún así sus pensamientos se escapan y se dirigen a ese lugar al que trata de no ir con todas sus fuerzas.

Porque sabe muy bien que lo que tienen ellos justo ahora no es una relación, lo nota cada vez que Jimin lo mira a los ojos con ese rastro de inseguridad.

Jimin lo sabe, entiende lo que significa haberle prometido todo eso a Jungkook.

Significa que la manera en la que se viene manejando los últimos meses queda completamente inválidada.

A partir de ahora tiene que enfrentarse a todo eso de lo cual estuvo huyendo sin siquiera atreverse a mirarlo de reojo, los ataques de pánico ya no van a poder ser esquivados con destreza, los recuerdos ya no van a ser ignorados como sí no estuvieran allí, acechándolo de forma constante y sofocante.

Pero observa la sonrisa de Jungkook y se trata de convencer a sí mismo de que lo vale, de que sí puede hacerlo sonreír de esa forma es porque eligío la opción correcta.

—Ahora hay que esperar media hora para lavarte.

Avisa Jungkook dando a entender que termino de colocar la tintura, sonríe hacía el chico que asiente en silencío, y se retira de la habitación para tirar los guantes descartables, y luego volver con tránquilidad.

En cuanto vuelve a entrar en el cuarto de Jimin, se lo encuentra sentado en su cama con laptop apoyada en su regazo.

—Adicto al trabajo, me haces quedar mal.

Jungkook dice esas palabras, sonríendo al notar esa mirada sobre él, se sienta a su lado, obligando al chico a dejar la laptop sobre la cama, toma sus manos acaparando su atención por completo, porque a pesar de todo, no sabe durante cuanto tiempo esos ojos van a elegir mirarlo.

Porque sabe que Park Jimin puede llegar a elegir huír en cualquier momento, y él no planeaba culparlo por ello.

—¿Qué?

Pregunta Jimin ante el repentino comportamiento de Jungkook, desde que había llegado no había ni un momento en el que el chico no le demandara atención, y cree saber el motivo, pero aún así elige no decir absolutamente nada al respecto.

—Quiero que me prometas que cuando sea mi presentación el día de la fiesta de la primavera...la vas a ver de principio a fin.

Pide Jungkook sabiendo perfectamente cuales son las canciones que eligío, sabiendo que las selecciono cuidadosamente mientras lo único en lo que pensaba era en Park Jimin, quíen es la única persona que tiene el poder para dárselo todo o arrebatárselo con tan solo un aleteo de sus largas pestañas.

—Te lo prometo.

Asegura Jimin sonríendo débilmente ante esa brillante mirada, preguntándose cuando iba a llegar el día en que sea capaz de mirarlo de la misma forma.

Sin ser capaz, de que sí bien él no tiene ese brillo en los ojos, de alguna manera tambíen lo mira así, a él, quíen puede calmarlo con solo escuchar su voz, quíen con tan sólo una acción puede centrarlo o descarrilarlo, quíen tiene todo eso que él no le quiere arrebatar.

bystander [Pausada hasta 12/24] [Kookmin Au] 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora