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Camina por el patio delantero de la Institución con tránquilidad, nadie lo nota y ese sentimiento de pasar desapercibido le da paz.

Pero es una paz vacía, donde en realidad no siente nada, y ahora lo sabe, porque fue capaz de darse cuenta de que sólo es capaz de sentirse genuinamente en paz cuando esta con él, en silencío, en calma, a salvo de todo, incluso de sí mismo.

—¡Jiiiiiiiiiims!

Lo escucha gritar a sus espaldas, sabe que de pronto todos están viendo en su dirección, observando atentamente la forma en la que Jeon Jungkook corre hacía él con esa enorme sonrisa en sus labios y con los brazos abiertos de par en par.

Llega a donde se encuentra y lo envuelve en sus brazos con efusividad, y escucha como un susurro se hace presente a su alrededor en cuanto Jungkook deja un suave y corto beso sobre sus labios, para luego tomar su mano y seguir el camino hacía el interior de la institución.

—¿Pudiste dormir, cariño?

Le pregunta llamándolo por un dulce apodo que, para ser honesto, no le gustaba ni un poco, pero no le molestaba y por ese motivo decide no decirle nada, porque esas pequeñas cosas parecen hacer muy feliz a Jeon Jungkook.

—No mucho.

Admite, sabiendo perfectamente que es en vano tratar de ocultarlo, Jungkook puede verlo, puede notar las ojeras debajo de sus ojos, puede darse cuenta de que parece más cansado de lo normal, él puede verlo todo.

Ese es el motivo por el cual se siente seguro a su lado, porque a pesar de que lo ve todo decide quedarse a su lado, sonríendole, preocupándose por él, convirtiéndose en su soporte.

—Mmmm estuve viendo, y en mi habitación no tengo nada con olor a pino, tal vez si era mi olor a patas o algo.

Jungkook piensa esas palabras en voz alta, recordando que Jimin le había dicho que había un olor en su cama que lograba relajarlo, y el, ahora, pelinegro sólo es capaz de reír ante eso.

—Tal vez es tu olor natural, todos tienen un olor diferente que no es a perfume ni nada, no se de donde vendrá.

El tatuado sonríe ante esas palabras, apretando aún más el agarre de sus manos entrelazadas, no lo podía creer aún, realmente estaba caminando de la mano con Park Jimin bajo la atenta mirada de toda la escuela, y la mejor parte era que al chico ni siquiera parecía importarle que lo vieran.

Ahí es cuando se da cuenta de que tal vez no había sido una muy buena persona con sus ex parejas, jamás les daba la mano en público, mucho menos llevaba a cabo alguna muestra de afecto, ni siquiera ponía sobre la mesa algo remotamente parecido a la exclusividad, o la responsabilidad afectiva, o algo a largo plazo, no, nada, absolutamente nada.

Pero al mismo tiempo sabe que nada de eso le importaba porque el jamás tuvo sentimientos románticos hacía nadie, lo único que sentía era atracción sexual y él se encargaba de saciarla, nada más y nada menos.

Y ahí esta, con Park Jimin, con ganas de absolutamente todo, listo y preparado para pegarle un tiro a la primera persona que se le acerque sonríendo.

—Espera...osea, estas diciendo que mi olor natural te relaja ¿Verdad?

Pregunta Jungkook, quíen todo el tiempo había analizado las palabras de Jimin detenidamente, reaccionando recíen cuando están a punto de llegar al salón.

—Claro.

Afirma Jimin con tránquilidad, y Jungkook habría respondido algo con emoción, le habría dicho algo como que sabía que estaban hechos el uno para el otro y todo eso, realmente lo habría hecho sí justo ahora sus ojos no se hubiesen encontrado con los de Dong Uh, que se encuentra parado justo en la puerta del salón 3-A.

bystander [Pausada hasta 12/24] [Kookmin Au] 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora