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     Los autos salieron del emparrillado para dar la vuelta de formación en el circuito de la Sarthe, estaban a solo instantes del inicio de aquella carrera tan icónica, la bandera fue hondeada y todos los pilotos aceleraron, las veinticuatro horas de Le Mans comenzaron.

     Por el intercomunicador Jack le hizo saber al corredor que la Recta Mulsanne estaba al frente, allí se alcanzaban los trescientos cuarenta kilómetros por hora y que debía tomar impulso para la primera chicana, eso si, que cuidara su velocidad.

     En los pits de Nissan, Nikolett cubrió su boca con sus manos, todos jadearon al presenciar el choque de Schulin contra un Ferrari, Jann logró rebasarlos sin problemas, pero el auto voló terminando en una barrera de llantas y fue cuestión de segundos para que se incendiara, hubo bandera amarilla y los rescatistas fueron rápidamente al lugar.

     —Ay Dios...—Nikolett exhaló aliviada dejando caer su frente sobre el hombro de Matty al ver por la pantalla que Schulin salió ileso, pero algo más pasó—. ¡Papá! ¿Qué ocurre?—le gritó a su padre saliendo del box, se estaba preocupando.

     Cuando el Safety Car salió de la pista Jann no aceleró perdiendo cada vez más la posición, veía a su padre caminar de un lado a otro buscando que el piloto hablara con él, CAPA logró rebasarlo, Danny le pidió al jefe de mecánicos que lo llamara a los pits pero se negó, tenían que hacer algo para que volviera a la jugada.

     De pronto Kenny G inundó el auto y el moreno le pedía a Jack que apagara eso pero el hombre solo se hacía el loco, jugando con que no sabía cómo funcionaba el nuevo walkman que le habían regalado.

     —¿Estas enojado?—preguntaba Salter.

     —¡Si! ¡Si, estoy enojado!—gritó Jann.

     —¡Pues ya era hora!—exclamó Jack dando saltos como si hiciera una rabieta—. ¿Qué esperas? ¡Vuelve a la lucha!—volvió a su puesto—. ¡Sé que tienes miedo! ¡Yo lo he sentido! ¡Pero te guste o no, estás en esta carrera! ¡Así que toma esa furia de Kenny G y explótala! ¿Está claro?

     —Si, señor.

     Padre e hija se sonrieron a la distancia cuando el auto aceleró dispuesto a recuperar el tiempo perdido, Jann estaba de vuelta en la carrera, todos en el box de Nissan saltaron de sus asientos festejando la reciente maniobra del chico.

     —Ahora solo nos faltan ciento cuenta vueltas—informa Jack.

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     A las tres horas de carrera Jann llegó a los pits para el primer cambio de piloto, desde antes la chica Salter estuvo dándole sus dramáticos sermones a Matty, el moreno comenzó a darle ánimos al chico mientras entraba al auto, los mecánicos hicieron el cambio de ruedas y arrancó.

     —¡Con todo, Matty!

     Dejó el casco a un lado abrazándose a la muchacha de largo cabello castaño, que al principio se quejó porque estaba sudado pero luego lo rodeó del torso, Nikolett se alejó un poco dándole varios besos en los labios felicitándolo por sobrevivir aquellas horas.

     Cuando las próximas tres horas pasaron donde Matty había subido al puesto número once, Jack a lo lejos le hizo una seña que entendió a la perfección, todo volvió a ralentizarse, mientras metía su cabello dentro del traje para ponerse la balaclava lo único que podía escuchar era su respiración junto a los emocionados latidos de su corazón.

     —Hey..—parpadeó varias veces regresando en sí, tenía a Jann en frente con las manos sobre sus mejillas—. Lo harás bien, preciosa—beso con lentitud sus labios logrando calmarla—. ¿Te parece bien una maratón de Cars cuando esto termine?

     —Opa, ni loca me pierdo ese ofertón—soltó una risita colocándose por fin el casco y se acercó a su padre, ambos tenían los ojos cristalizados.

     Jack apretó con fuerza los labios admirando a su hija:—¿En qué momento creciste tanto, eh?—se abrazaron con fuerza unos segundos y el hombre tomó firmemente el casco que cubría la cabeza de la chica—. Quiero que le enseñes a todos de lo que eres capaz. Y te quiero viva, Niko, en todos los sentidos, ¿me oíste?

     —Si, papá—secó la pequeña lágrima que se escapó para luego ponerse los guantes—. Gracias por dejarme hacer esto, viejito.

     Unas palmadas junto a un abrazo fueron lo último que Jack le dio para que la chica recibiera las porras que los mecánicos le regalaban mientras se preparaban para hacer su trabajo cuando Matty llegara, pronto el auto se asomó por la línea.

     Desde el Paddock los jóvenes espectadores no apartaban la mirada de la pantalla, pero pronto dos de ellos escupieron sus bebidas por la sorpresa al ver lo que una de las miles de cámaras apuntaba.

     —Matty Davis regresa a los pits para el tercer cambio de piloto de Nissan—se escuchó en la sala—. Nikolett Salter tomará el primer turno nocturno, al parecer esto viene de familia.

     —¡Niko! ¡Colt! ¡Es Niko!—Louise se alteró señalando el televisor tomando un montón de fotos—. ¡Nuestra Niko va a correr!

     —Espérame, se me va a bajar la presión—el rubio se dejó caer sobre un sillón tomando un trago de su bebida mientras todos gritaban eufóricos por la chica.

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     —¡Tu turno, Niko!—Matty salió del auto abrazando a la chica—. ¡Pisa a fondo, nena!

     El mecánico que antes molestaba a Jann la tomaba del brazo para ayudarla a entrar al vehículo, Nikolett le dio una última mirada a su padre:—¿Segura que puedes con esto, niña?—lejos de ser un comentario despectivo, sonaba más con preocupación.

     —Claro, el Rayo McQueen me crió—bromeó—. Solo siéntense y miren como los dejo mordiendo el polvo.

     Ambos compartieron unas risas mientras la chica se abrochaba el cinturón de seguridad, cuando la puerta fue cerrada chilló de alegría por estar allí sentada, por la ventana observó como Jann y Matty la veían así que levantó con entusiasmo sus pulgares siendo imitada por los chicos.

     —A ver, ¿me escuchas, cielo?—habló Jack a su izquierda.

     —Fuerte y claro, su majestad—responde apretando los dedos alrededor del volante.

     —Te quiero viva, Nikolett—le recuerda con la voz algo quebrada para luego gritarle con fuerza—. ¡Así que quiero ver de qué eres capaz! ¡Vamos!

     ¡Bum!

     Los mecánicos dejaron caer el auto y no necesitó nada más que oír los gritos de Jack Salter diciéndole que ya podía irse para hacer rugir el motor arrancando rápidamente regresando a la carrera.

     A la octava hora la noche empezó a caer, Nikolett estaba de lo más feliz sintiendo la velocidad a la que iba en su cuerpo escuchando las indicaciones de su padre por la radio, había rebasado un auto y le avisó al jefe de mecánicos que tomaría el carril interno, justo en una de las curvas aceleró quedando en el puesto número nueve y tanto en el Paddock como en los pits celebraron.

     —¡Volar cual cohete, atacar como bólido!—se rió sola recordando al protagonista de sus películas favoritas—. Vamos, esto es pan comido, chica...hazlo por la Niko chiquita, hazlo por papá...  

     Obviamente Jack Salter había escuchado eso, solo que prefirió hacerse el desentendido otra vez.




𝙁𝙚𝙚𝙡 𝙄𝙣𝙫𝙞𝙣𝙘𝙞𝙗𝙡𝙚 ━━𝘑𝘢𝘯𝘯 𝘔𝘢𝘳𝘥𝘦𝘯𝘣𝘰𝘳𝘰𝘶𝘨𝘩Donde viven las historias. Descúbrelo ahora